Cerca de 100 personas murieron hoy en la localidad septentrional de Azaz por los bombardeos aéreos efectuados por el régimen de Bashar al Assad.
Esta nueva masacre coincide con la publicación de un informe de la ONU en el que se responsabiliza a las fuerzas del régimen sirio y a los shabiha (milicia progubernamental) de la matanza en la localidad de Hula, donde en mayo pasado fueron asesinados un centenar de civiles, la mitad de ellos mujeres y niños.
Hazem al Azizi, activista de Azaz en la provincia de Alepo, explicó que cazas sirios bombardearon un mercado popular y varios edificios, entre ellos uno en el que se encontraban ocho libaneses, tomados como rehenes desde mayo por los rebeldes sirios.
Según un informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos y Comités de Coordinación Local, entre los fallecidos figuran miembros del Ejército Libre Sirio (ELS).
El secuestro de los libaneses ha levantado una gran polémica, ya que los capturados son de confesión chií, como el grupo Hizbulá, firme aliado de Bashar al Assad.
Un grupo desconocido, denominados Revolucionarios de Siria-Rif Alepo, se atribuyeron este secuestro en venganza por el apoyo de Hizbulá a las autoridades de Damasco.