El Senado argentino aprobó hoy por 41 votos a favor, 26 en contra y una abstención un proyecto que declara de interés público la producción, comercialización y distribución del papel para diarios. La Cámara de Diputados ya había dado su visto bueno.
Esta medida, según la presidenta de ese país, Cristina Fernández, ayudará a democratizar el acceso a ese insumo básico, pero representa una herramienta de censura para los periódicos del país.
La iniciativa del gobierno, con mayoría legislativa en el Parlamento tras las elecciones generales del 23 de octubre pasado, establece un nuevo marco regulatorio para la producción de pasta de celulosa y papel de diario, así como su distribución y comercialización.
Esto afecta directamente a Papel Prensa S.A, la principal productora de ese insumo. El Estado es socio en el directorio junto a los diarios Clarín y La Nación, los de mayor circulación y con los cuales el gobierno está enfrentado.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones similares han manifestado que la nueva norma es anticonstitucional y que todo control sobre la producción de un insumo para los medios viola principios esenciales de la libertad de prensa.
Fernández de Kirchner sostiene que Clarín y La Nación abusaron durante años de su posición dominante en Papel Prensa S.A, en perjuicio de los periódicos de menor circulación.