Prefirió la muerte antes que seguir pagando condena. Jared Perry (32), quien confesó haber abusado sexualmente de varios bebés y niños, se habría suicidado el pasado 3 de noviembre en la prisión de Bridgend, Gales (Reino Unido).
El cuerpo sin vida del sujeto, que cumplía una condena de 17 años de cárcel desde enero, fue encontrado en su celda.
Según información de diversos medios locales, Perry habría decidido acabar con su vida; no obstante, las razones de su muerte aún están bajo investigación de las autoridades británicas.
De acuerdo a varios informes judiciales, el agresor sexual creció en un ambiente religioso, se había vuelto “adicto” a la pornografía desde temprana edad y abusaba de drogas.
El juez encargado de su sentencia dictaminó que el hombre representaba un “riesgo extremadamente alto” para cualquier infante en el futuro.
La Policía de Gales ya inició las investigaciones correspondientes para esclarecer la muerte del presidario, ya que esta se produjo mientras se encontraba bajo custodia.