Un jubilado de 80 años que sufría de dolores lumbares, fue a atenderse con una quiropráctica en una clínica privada en York, Reino Unido, sin imaginar que esa sería su última sesión de masajes, pues terminó muerto con el cuello roto.
John Lawler se encontraba en forma y mantenía buena salud pese a su avanzada edad. Su único problema era la enfermedad degenerativa lumbar que le ocasionada contantes dolores.
Para mejorar su situación, la doctora Arleen Scholten le recomendó una serie de tres sesiones de masajes que, según ella, iban a mejorar considerablemente su salud y calidad de vida.
Lawler superó las dos primeras sesiones sin problema, sin embargo, la tercera no resultó como se esperaban, dejando una fuerte lección sobre el cuidado que debemos tener frente a las conocidas como terapias alternativas.
Según las declaraciones de la esposa de Lawler, la mesa en la que se encontraba Lawler se movió bruscamente además, el hombre comenzó a quejarse de dolor luego que la quiropráctica comenzara a realizar torsiones en su cuello. La doctora hizo caso omiso a las quejas y siguió con la manipulación.
Lawler, quien seguía gritando de dolor, reveló que había dejado de sentir los brazos y segundos después se desvaneció. Con los labios morados, el hombre todavía respiraba, pero no podía moverse o hablar.
Ante esta situación, la ‘experta’ decidió bajarlo de la mesa de masajes y lo sentó en una silla para intentar reanimarlo, sin obtener respuesta. Esta situación motivó que se llamara, por fin, a una ambulancia.
Ya en el hospital de York, los doctores detectaron que el octogenario tenía múltiples lesiones en la columna y varias fracturas en el cuello que lo habían dejado tetrapléjico. La única solución era someterlo a una cirugía riesgosa de catorce horas y que aún así no habían garantías de que sobreviva.
Finalmente, la esposa se negó a someter a Lawler a la intervención, pues de cualquier forma su estado ya era bastante grave. Un día después este murió, informó The Telegraph.
DETENIDA Y LIBERADA
Por su parte, la quiropráctica Arleen Scholten fue interrogada por las autoridades a quienes refirió que solo había sometido el cuello a una manipulación suave, sin mencionar mayores detalles. Fue detenida bajo sospecha de homicidio imprudente pero finalmente quedó en libertad sin cargos.
Incluso fue investigada por el Consejo General de Quiropráctica, pero este decidió permitir que Scholten siga ejerciendo. Los hechos ocurrieron durante el verano del 2017, pero al día de hoy, la terapeuta sigue con su vida normal pese a que la investigación se mantiene en marcha.
