Vladimir Putin finalmente ordenó un ataque contra Ucrania que alcanzó a varias ciudades, entre ellas su capital, Kiev, en la que viven millones de personas. De eso modo, confirmó la información que varias agencias de inteligencia de Occidente tenían desde hace algún tiempo, que el objetivo final de Putin era una invasión absoluta del país vecino, una nación cuya población prefiere la democracia antes que la autocracia que propone Moscú.
En su mensaje a la nación, el presidente de Rusia prometió “desmilitarizar” a Ucrania y sustituir a sus dirigentes. Con los bombardeos de las primeras horas de este jueves, que atacaron objetivos ucranianos en cinco puntos: Kiev, Lutsk, Jarkov, Odessa y Mariupol. Rusia desencadenó la peor crisis de seguridad en Europa desde la década del 40.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que se trató de un “ataque no provocado e injustificado” y además mencionó que “el mundo pedirá cuentas a Rusia”.
América Latina, por su parte, deberá ser clara en sus posiciones internacionales. En las últimas semanas, Argentina y Brasil se reunieron con Putin y no hubo mención sobre este conflicto. El presidente argentino, Alberto Fernández, le ofreció ser la “puerta de entrada” a la región. Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le dijo que estaba “muy dispuesto a colaborar en varias áreas”.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela relató lo mismo que Putin para justificar la “no existencia” de Ucrania como entidad. Por su parte, Cuba, criticó el imperialismo de los Estados Unidos. El gobierno de México, hizo uso de la razón y su canciller Marcelo Ebrard aseguró: “México rechaza el uso de la fuerza”.
Generaciones futuras agradecerán la posición democrática contra las dictaduras y autocracias.