Carles Puigdemont, presidente destituido de Cataluña (Reuters).
Carles Puigdemont, presidente destituido de Cataluña (Reuters).

El presidente destituido de Cataluña declaró en Bruselas que no pedirá asilo político en Bélgica y defendió "hace más lento" el proceso de independencia de Cataluña para evitar la violencia.  

"No estoy aquí para pedir asilo político", sino "para poder reaccionar con libertad y seguridad", dijo Puigdemont en conferencia de prensa, cuatro días después de la proclamación de la independencia, y luego de que la fiscalía española anunciara que lo demandará por rebelión y sedición. Una demanda que podría ser castigada con 30 años de cárcel. 

El líder independentista, que dijo ser el presidente legítimo de Cataluña, sostuvo que hay que echar el freno en el proceso de independencia de la región catalana para así evitar males mayores.  Puigdemont dio esas palabras en respuesta a la ofensiva política y judicial del gobierno central de

"No se puede construir la república de todos desde la violencia", dijo Puigdemont. Y añadió: "Si esta actitud tiene como precio ralentizar el despliegue de la república, se tiene que considerar que este es un precio razonable". 

invitó a los independentistas a participar en las elecciones regionales del 21 de diciembre, despejando la duda de si boicotearía estos comicios convocados por el gobierno central de Rajoy. 

"Las elecciones del 21 son un reto que tomamos con todas nuestras fuerzas", dijo en una conferencia de prensa en Bruselas, después de ser destituido por el gobierno central, al que pidió que respete el resultado de los comicios si vuelven a ganar los independentistas. 

Como se recuerda, la última aparición pública del líder catalán se remontaba al sábado, al día siguiente de proclamar la república en el Parlamento catalán, en contraposición a las advertencias del gobierno y la justicia españolas.  

En una sociedad catalana profundamente dividida sobre la independencia, y con la oposición frontal del gobierno español y la Unión Europea a la secesión, la proclamación de la independencia no se tradujo en nada concreto en las calles catalanas.