Miles de personas marcharon el domingo 2 de febrero en múltiples ciudades de Estados Unidos en rechazo a las deportaciones masivas promovidas por el presidente Donald Trump.
Las manifestaciones se llevaron a cabo desde Georgia hasta Carolina del Norte, Texas y California, con una de las concentraciones más significativas en el Centro de Los Ángeles, donde los manifestantes bloquearon una importante autopista.
"México reforzará la frontera norte con 10 mil elementos de la Guardia Nacional de forma inmediata, para evitar el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, en particular fentanilo", anunció la jefa de Estado.
En Los Ángeles, cientos de personas se reunieron en la histórica calle Olvera antes de marchar hacia la alcaldía. Con pancartas que decían "Nadie es ilegal" y "Los estadounidenses son inmigrantes", los manifestantes exigieron una reforma migratoria justa. La protesta se intensificó por la tarde cuando bloquearon la autopista U.S. 101, deteniendo el tráfico en ambas direcciones. Agentes de la Patrulla de Carreteras de California estuvieron presentes, aunque no se reportaron detenciones.
En Riverside, al este de Los Ángeles, cientos de personas se sumaron a la protesta, recibiendo el apoyo de automovilistas que hicieron sonar sus bocinas. En San Diego, la movilización tuvo lugar cerca del centro de convenciones de la ciudad.
Texas también fue escenario de manifestaciones. En Dallas, unas 1,600 personas se congregaron en dos protestas contra las recientes detenciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En Houston, una manifestación pacífica se llevó a cabo en el parque Ervan Chew en defensa de los derechos de los inmigrantes indocumentados.
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