Cabizbajo, en silencio y juntando las manos por momentos, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acudió esta tarde al aeropuerto internacional de La Habana, donde se estrelló un avión con 113 personas a bordo (104 pasajeros y 9 tripulantes).
El mandatario encabezó el grupo de autoridades dispuestas en la zona del accidente, ocurrido hoy pasadas las 12.00 a.m., sobre un área de cultivos agrícolas en las proximidades de la terminal 1 del aeropuerto José Martí.
"Según el personal de Cubana de Aviación, parece que hay un alto número de víctimas. Las noticias no son nada halagüeñas", se limitó a decir Díaz-Canel mientras inspeccionaba la zona. Todavía se investigan las causas por las que colapsó el Boeing-737, que cubría la ruta entre la capital cubana y la ciudad de Holguín.
Según manifestó un testigo presencial a la agencia Efe, el avión despegó, pero cuando estaba en el aire se detuvo y después descendió en picada hasta caer y escucharse una explosión. Familiares de los pasajeros se apresuraron para llegar al lugar de los hechos.
La aerolínea responsable, según la agencia, es conocida entre los cubanos por sus frecuentes retrasos y cancelaciones. Se trata de Cubana de Aviación, la cual atribuía sus problemas a la falta de refacciones y aviones por el embargo estadounidense impuesto sobre la isla.