Doto: sousamendesfoundation.org
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¿Cómo es que un diplomático desobediente a su gobierno fue premiado con un monumento en el Panteón Nacional en ? Esa es la historia de Aristides de Sousa Mendes, un portugués que salvó la vida de miles de refugiados con una desobediencia al gobierno de su país durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí la historia.

De Sousa se enfrentó a un dilema moral mientras era cónsul de Portugal en la ciudad francesa de Burdeos, en plena Segunda Guerra Mundial: ¿Debería obedecer las órdenes del gobierno de su país o escuchar su propia conciencia y proporcionarle a los refugiados las visas que les permitirían escapar del avance de las fuerzas alemanas?

Su decisión lo llevó al status de héroe, reconocido así por los descendientes de las personas que él salvó al desobedecer al gobierno luso del dictador António de Oliveira Salazar, que significó a su vez el fin de su carrera diplomática.

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El resto de su vida la pasó en una profunda penuria. Sin embargo, Portugal le otorgó el reconocimiento oficial a su diplomático desobediente el 9 de junio y el parlamento decidió que un monumento en el Panteón Nacional debería llevar su nombre.

Su labor en tiempos de guerra

En los primeros días de junior de 1939, ya con el avance de fuerzas alemanas, muchos militares franceses y belgas se daban a la fuga en un éxodo de toda una población expulsada de sus hogares por puro temor.

En medio del pánico general, Aristides cayó en depresión, encerrándose tres días en su habitación, sin hacer nada más que tumbarse en su cama. Algo debió maquinar en su soledad, quizá una contradicción entre su deber y su consciencia.

El 16 de junio era domingo, y firmó 40 visados de salida cobrando una tarifa extra, por ser día de descanso. Entre quienes recibieron visados estaba la familia Rothschild.

Sin embargo, al día siguiente salió de su habitación, abrió las puertas del consulado y empezó a repartir visados a quienes se lo pidiera, independientemente de su nacionalidad.

Una vista general en la inauguración de "Visas a la libertad: Arístides de Sousa Mendes y los refugiados de la Segunda Guerra Mundial" en el Museo del Holocausto de Los Ángeles en Pan Pacific Park el 23 de enero de 2016 en Los Ángeles, California. (Foto de John Sciulli / Getty Images para el Museo del Holocausto de Los Ángeles)
Una vista general en la inauguración de "Visas a la libertad: Arístides de Sousa Mendes y los refugiados de la Segunda Guerra Mundial" en el Museo del Holocausto de Los Ángeles en Pan Pacific Park el 23 de enero de 2016 en Los Ángeles, California. (Foto de John Sciulli / Getty Images para el Museo del Holocausto de Los Ángeles)

Tras recibir quejas desde Lisboa, el cónsul aseguró con firmeza: “Si hay que desobedecer, prefiero que sea a una orden de los hombres que a una orden de Dios”.

Con su firma, Sousa Mendes autorizó la entrada de unos 30.0000 refugiados en Portugal procedentes de Francia. Su vida como diplomático tuvo vaivenes tras este desafío al régimen de su país, que terminó en una condena y fue apartado de la carrera diplomática.

Las puertas se le cerraron en Portugal y llegó a recibir ayuda de los refugiados judíos. Murió olvidado en Lisboa en 1954.

Sin embargo, desde hoy, el nombre de Sousa Mendes aparece en el Panteón Nacional junto a figuras como la fadista Amália Rodrigues o los expresidentes Sidónio Pais y Manuel de Arriaga.

Aristides de Sousa Mendes “cambió la historia de Portugal y proyectó a Portugal en el universo”, dijo hoy el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, durante la ceremonia.

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