Brunéi, una pequeña nación ubicada en el sudeste asiático, ha logrado destacarse en el ámbito mundial por su notable riqueza, siendo uno de los países más prósperos gracias a sus vastos recursos de petróleo y gas natural.
A pesar de su tamaño, comparable con la región peruana de Tumbes, Brunéi es miembro de APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) y posee un Producto Bruto Interno (PBI) similar al de grandes economías como Estados Unidos.
Una economía robusta impulsada por el petróleo
La economía de Brunéi está profundamente arraigada en la industria del petróleo, que ha sido el motor de su desarrollo. Gracias a sus reservas de crudo, el país se encuentra en el quinto lugar mundial en términos de ingresos per cápita, superado solo por potencias como Catar, Luxemburgo, Singapur y Noruega.
Según el libro póstumo del economista Corrado G. M. Letta, América Latina y el Sudeste Asiático. ¿Cómo conocer al otro?, esta prosperidad se debe no solo a la abundancia de recursos naturales, sino también a la gestión visionaria del país y la adopción de tecnologías avanzadas por parte del sultán de Brunéi, que ha logrado modernizar el país mientras mantiene una perspectiva internacional clara.
Monarquía longeva y una nación moderna
Brunéi es gobernada por una monarquía islámica, que ostenta el título de la más longeva del mundo, con más de seis siglos de historia. A pesar de sus tradiciones, el sultán ha trabajado en la modernización del país, adoptando nuevas tecnologías y promoviendo un desarrollo económico robusto. Además, el país ha mantenido una estabilidad política envidiable, sustentada en la figura del sultán, quien sigue siendo una pieza central en la administración del estado.
Un conservadurismo creciente
A lo largo de los últimos años, Brunéi ha implementado una serie de medidas conservadoras en sus políticas sociales. Desde 2014, el país ha adoptado leyes estrictas basadas en la interpretación más rigurosa del islam, que incluyen castigos severos, como la pena de muerte por lapidación para la homosexualidad y azotes para ciertos delitos.
Además, el consumo de alcohol está prohibido en bares y restaurantes, reflejando una inclinación hacia normas religiosas más estrictas, lo que ha generado cierto debate a nivel internacional sobre los derechos humanos en el país.
Un modelo económico sin deuda
Uno de los aspectos más sorprendentes de la economía de Brunéi es su deuda pública, que es del 0 % de su Producto Bruto Interno, lo que coloca al país como un ejemplo de estabilidad fiscal en el mundo.
Gracias a la riqueza generada por el petróleo, el país ha logrado mantener sus finanzas sanas y sigue prosperando, utilizando sus recursos de manera estratégica para garantizar la estabilidad económica y social. Esta autonomía financiera permite que Brunéi no dependa de préstamos internacionales, lo que le otorga un grado de independencia económica poco común.
Mirando hacia el futuro
A pesar de su pequeño tamaño y de depender en gran medida del petróleo, Brunéi ha trabajado en diversificar su economía y en fomentar una mentalidad de autosuficiencia en su población. El sultán ha instado a sus ciudadanos a reducir su dependencia del estado, promoviendo la autosuficiencia y la educación en diversas áreas para que el país esté preparado para el futuro, cuando los recursos petroleros puedan no ser tan abundantes.
¡Ahora disponible en Yape! Búscanos en YAPE Promos.
VIDEO RECOMENDADO