Pobreza en el país más rico del mundo

El desempleo en Estados Unidos aún no llega a los niveles catastróficos de los años 30, pero salvo un pico en 1982, no había sido tan alto desde entonces. Actualmente hay 13 millones de desempleados, tres millones más que cuando Barack Obama llegó al poder.

Esta situación ha generado que 47 millones de estadounidenses vivan hoy en día bajo la línea de pobreza, según datos oficiales. De estos, unos 5,000 cayeron en un estado de pobreza extrema y han tenido que irse a vivir a carpas que se han repartido por todo el país, de acuerdo a un informe de la BBC.

El campamento más grande está ubicado en el estado de Florida, donde se han organizado ordenadas filas de carpas desplegadas a lo largo y ancho de una parcela de 52,000 metros cuadrados. Una organización católica les brinda ayuda con servicios tan básicos como máquinas para lavar la ropa, computadoras o teléfonos.

Muchos de estos campamentos ya están bien organizados y sostienen reuniones para dividirse los quehaceres diarios y acordar las normas de convivencia en comunidad. Un buen número de ellos son personas que hasta hace poco tenían vidas cómodas típicas de la clase media. Ahora apoyan sus cabezas en almohadas manchadas por el moho, al igual que las colchas con las que se cubren.

Las condiciones de vida son insalubres. No tienen baños, la electricidad solo está disponible en la carpa comunitaria, la lluvia se filtra en los techos de las carpas. Y por si fuera poco, la demanda de personas que también se quedaron sin hogar sigue creciendo. Reciben llamadas del hospital, de la policía local y del refugio de indigentes del pueblo, para pedirles cobijar a más gente.

"Ayer por la noche, por ejemplo, recibimos una llamada diciendo que había seis personas para las que no había sitio en el refugio de indigentes y esperaban que pudiésemos ubicarlos. Siempre recibimos llamados a las 9 o 10 de la noche", cuenta Brian Durance, uno de los organizadores del campamento. Como este, se han desperdigado otros similares por 55 ciudades de Estados Unidos.

Esta semana, Obama presentó los últimos presupuestos con una serie de medidas orientadas a incrementar el peso tributario a los más pudientes y favorecer a la clase media, para tratar de solucionar en cierta medida esta situación. La oposición lo acusa de populismo.

"Esto no es una lucha de clases. Esto se trata del bienestar de la nación", dijo al respecto el mandatario. "Se trata de hacer elecciones justas que beneficien no sólo a la gente que le ha ido fantásticamente bien en las últimas décadas, sino también a la clase media", agregó.