Redacción PERÚ21

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Democracia, libertad e igualdad son aparentemente palabras muy relacionadas con el Viejo Continente. Sin embargo, Europa atraviesa una aguda crisis humanitaria y esos ideales son solo palabras. "Es la mayor crisis de refugiados después de la Segunda Guerra Mundial", señala a Perú21 desde Grecia la coordinadora del proyecto de (MSF) en el Mediterráneo, Paula Farias.

"Nadie quiere darse cuenta de la dramática situación", puntualizó Farias y es que, en lo que va del año, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) informó que 293,035 personas han cruzado el Mediterráneo.

Los últimos acontecimientos en los países subsaharianos y de Medio Oriente han propiciado un incremento de más del 80% de personas que han intentado llegar a Europa. Muchos han muerto en naufragios.

Acnur detalla que el mayor grupo proviene de Siria. Se calcula que 5 millones de sus ciudadanos han migrado a países vecinos acechados por el terror del Estado Islámico. De estos, "el 10% intenta llegar a Europa", explicó Farias. Asimismo, Libia es uno de los principales puntos de salida, ya que la situación política es muy inestable. Migran a Europa en busca de seguridad sabiendo que se van a jugar la vida al cruzar el mar.

Farias también comentó que pueden pagar hasta 3 mil euros por una plaza en una embarcación precaria y "un gran porcentaje son menores solos y mujeres con bebés. Recientemente, rescatamos a un joven de 15 años y se nos murió en el barco de las palizas que había recibido".

La coordinadora de MSF enfatizó que esta crisis "no tiene nada que ver con la migración económica, son refugiados que huyen de la violencia de sus países que están declarados oficialmente en guerra. Europa tiene que hacerse cargo de ellos".

PLANES 'RIDÍCULOS'El Viejo Continente se ha visto desbordado. Como Farias, muchos critican la mala gestión del conjunto de la Unión que "propone planes de dimensiones ridículas" para hacer frente a un problema mayor que no desaparecerá.

El desplazamiento de estos migrantes a otros países del continente ha movilizado a las grandes potencias. Alemania ha abierto centenares de centros para refugiados, pero se está encontrando con un fuerte rechazo de sus ciudadanos, incluso se han reportado ataques. Francia abrió el debate de separar los migrantes económicos de los refugiados. Y Dinamarca y el Reino Unido buscan limitar la emisión de permisos de asilo.

"En un futuro, cuando Europa revise esta crisis y su gestión, se avergonzará y pondrá el grito al cielo por haberlo permitido", añadió Farias con cierta decepción.

Por Eulàlia Mata Miralles (eulalia.mata@peru21.com)