Redacción PERÚ21

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El, quien en un inicio defendió la designación del obispo , acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por el párroco Fernando Karadima, pidió perdón a la población de la ciudad chilena de Osorno (sur), a través de uno de sus emisarios, el monseñor Charles Scicluna.

"El papa Francisco me ha encargado pedir perdón a cada uno de los fieles de la diócesis de Osorno y a todos los habitantes de este territorio, por haberles herido y ofendido profundamente", refirió Scicluna desde la Catedral San Mateo de Osorno, al sur de Santiago, informó AFP.

Junto a Scicluna estaba Jordi Bertomeu, ambos enviados por el Sumo Pontífice, quienes ofrecieron un acto litúrgico que intentó reponer todo el daño causado a las personas del poblado por la designación de Juan Barros como obispo en el 2015.

El obispo Barros fue acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima en el mayor escándalo sexual de la Iglesia en Chile.

DESAFORTUNADAS DECLARACIONES

A inicios de este año, Francisco declaró a favor de Barros en un acto sumamente criticado por los chilenos. "No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia", manifestó la cabeza de la Iglesia en ese momento.

Luego de conocerse estas palabras, la respuesta de la sociedad chilena fue simbólica, manifestándose en la poca asistencia de los fieles durante la visita del Papa al país sureño, hecho que sorprendió al mundo entero.

REPARA SUS ERRORES

El papa Francisco se retractó de lo dicho en enero e invitó a las víctimas al Vaticano para pedirles perdón en persona. Además, 31 obispos chilenos presentaron su renuncia, de los cuales Francisco aceptó la de tres, incluida la de Barros.

La misa, dirigida por los enviados papales, quienes llegaron el martes a Chile, forman parte de la extensa agenda que Scicluna y Bertomeu, que incluyó reuniones con el clero de la ciudad de Osorno y fieles de distintas parroquias.

En medio de su visita, la fiscalía chilena realizó allanamientos en las oficinas de la Iglesia Católica en Santiago y la ciudad de Rancagua (90 km al sur de la capital chilena) donde se incautaron archivos eclesiásticos, en medio de una investigación sobre los abusos cometidos por sacerdotes.