“Le haría ver que no es ‘el rechazo de la Iglesia’ sino de ‘personas de la Iglesia’. La Iglesia es madre y convoca a todos sus hijos”, asegura, antes de señalar, como ejemplo, “la parábola de los invitados a la fiesta: ‘justos, pecadores, ricos y pobres, etc.’. Una Iglesia ‘selectiva’, una Iglesia de ‘pura sangre’, no es la Santa Madre Iglesia, sino una secta”, afirma.