Redacción PERÚ21

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El volvió a sorprender con su humildad. Esta vez, el Pontífice se apareció en el comedor del , tomó una bandeja, hizo la cola, se sirvió su almuerzo y se sentó junto a los empleados.

El Papa se mostró muy entretenido conversando con los trabajadores de la Santa Sede, mientras compartían el almuerzo. Sin embargo, muchos de ellos no salían de su asombro.