Trece países latinoamericanos han solicitado ayuda financiera y cooperación técnica internacional para prestar atención a miles de migrantes venezolanos que huyen de la grave crisis que atraviesa el país gobernado por Nicolás Maduro.
La solicitud forma parte de una declaración que suscribieron 11 países que participaron de un encuentro técnico en Quito, Ecuador para buscar soluciones en conjunto. En la reunión no participó Venezuela, pese a invitación.
El viceministro de Movilidad Humana de Ecuador, Santiago Chávez, explicó que la idea era pedir cooperación internacional a las agencias de Naciones Unidas para refugiados y migrantes y a organismos multilaterales regionales, que participaron como observadores del encuentro.
El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello, dijo durante una sesión que en el documento de Quito "palabras más, palabras menos terminan pidiendo plata y que los venezolanos se fueron por un tema personal".
Cada vez más personas están huyendo de la crisis económica y los problemas políticos en Venezuela abrumando a países vecinos, en medio de la alerta de agencias de las Naciones Unidas de que el éxodo venezolano se acerca "a un momento de crisis".
Desde el 2015, más de 1,6 millones de venezolanos han abandonado el país, de los cuales un 90 por ciento se han dirigido a países sudamericanos, según datos de ACNUR.
El Gobierno de Venezuela manifestó que el flujo migratorio de sus ciudadanos es normal y que las versiones sobre una crisis humanitaria buscan justificar una intervención en el país.
Los países reunidos en Quito exhortaron al gobierno del presidente Nicolás Maduro a tomar medidas para la provisión oportuna de documentos de identidad y de viaje para sus ciudadanos, y así evitar las dificultades que enfrentan para trasladarse.
Los delegados de Argentina, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Colombia, Chile, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay abordaron además el acceso a servicios sociales básicos de los venezolanos, de acuerdo a la situación económica de cada país, y una lucha coordinada contra la xenofobia.
Fuente: Reuters
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