Pablo Escobar, fundador y máximo líder del Cartel de Medellín, inició su vida en el mundo del delito mucho antes de lo que muchos imaginaban. Desde su infancia, el colombiano siempre buscó obtener dinero fácil y lo que comenzó con inocentes travesuras terminó forjando su interés por el crimen.
Antes de los robos, el contrabando de alcohol y cigarillos, el tráfico de cocaína, un pequeño 'Patrón del Mal' robaba naranjas de una finca vecina y las vendía en el mercado, luego pasaba por el lugar y tropezaba el puesto, recogía las naranjas y nuevamente las vendía a su mismo dueño.
En el colegio Liceo de Antioquia, junto a su inseparable primo Gustavo Gaviria, realizaba una serie de pequeños negocios ilegales: rifas, préstamo de dinero a bajo interés, venta exámenes.
"Aun cuando mi padre evitaba hablar del tema, al cabo de varias y accidentadas charlas en las caletas donde nos escondíamos, pude concluir que su carrera criminal empezó el día en que descubrió la manera de falsificar los diplomas de bachiller que otorgaba el Liceo y con los cuales se graduaban los estudiantes", afirmó Juan Pablo Escobar en su libro 'Pablo Escobar, mi padre'.
Al término de una jornada de estudios, Pablo y Gustavo tomaron las llaves de la sala de profesores y sacaron una copia a escondidas con un molde de plastilina. De esta forma, ambos ingresaron una noche para robar un diploma expedido en papel sellado.
Luego, los primos mandaron a hacer los sellos del colegio, calcaron las letras de los profesores para firmas y notas finales, haciendo así que decenas de estudiantes se graduaron sin ni siquiera haber pasado por los salones de clases.
Al cumplir la mayoría de edad, los Escobar y Gaviria entraron a trabajar a una fábrica de lápidas, pero su finalmente decidieron robar las lápidas de mármol de lujosos panteones de familias ricas para venderlas a recicladores.
Tras un incidente por defender a una chica, Pablo Escobar terminó encarcelado. Esos días en prisión bastaron para forjar su camino definitivo en el mundo delito, pues conoció a un contrabandista que había hecho una fortuna trayendo ilegalmente cigarrillos, licor y electrodomésticos, siendo esto el inicio del 'Patrón del Mal' en el crimen organizado.