Su nombre siempre estará manchado de sangre inocente. Pablo Escobar fue el más temido narcotraficante en el siglo pasado en la región. El colombiano ordenó decenas de muertes y mató con sus propias manos para controlar su territorio.
El capo de la droga era el jefe del Cartel de Medellín, que exportaba cocaína a países del extranjero. La agrupación delictiva libró una batalla con la justicia de su país para obtener inmunidad y operar con libertad durante años.
En el día en el que se recuerda la muerte de Escobar, a cientos de colombianos aún se les escarapela la piel de oír su nombre. El sanguinario criminal propició toda una época que a el país sudamericano aún le cuesta cerrar.
Según el diario Caracol, se han registrado oficialmente 402 civiles muertos y 1.710 lesionados en 623 atentados. El Cartel de Medellín se encargó de llevar terror en Colombia con permanentes ataques para consumar su poder.