Human Rights Watch denunció que el Mundial de fútbol de Rusia 2018 se celebrará en un momento en que el país gobernado por Vladimir Putin vive "la peor crisis de derechos humanos desde la era soviética". Ante ello, pidió a la FIFA que use su influencia ante las autoridades rusas para detener esta situación.
El mundial, que se realizará en 11 ciudades rusas, tendrá lugar en un "ambiente hostil y de deterioro para los derechos humanos", subraya Human Rights Watch en un comunicado difundido desde Berlín con motivo de la publicación de un informe sobre la materia y dirigida a los periodistas que cubren el evento.
La ONG señaló que las autoridades rusas "usan de manera habitual leyes restrictivas para reprimir las libertades de reunión, de asociación y de expresión" y que "los funcionarios del gobierno emplean mano dura contra la oposición mediante la aplicación de leyes represivas e incrementando la censura en internet".
Es así que plantean que la FIFA debería hacer valer su influencia ante Rusia para abordar abusos contra los derechos laborales (que han afectado a trabajadores por obras relacionadas con el Mundial), la restricción de libertades fundamentales y la represión a los activistas pro derechos humanos.
"La FIFA todavía tiene tiempo de demostrar que está dispuesta a hacer valer su influencia ante el Gobierno ruso para cumplir sus propias políticas de derechos humanos. Es en su interés garantizar que este juego no se vea ensombrecido por un ambiente desagradable de discriminación y represión, expresó el director de Human Rights Watch para Europa y Asia Central, Hugh Williamson.