El gobierno estadounidense señaló que "facilitará y pagará" el viaje de regreso de quienes se acojan a la medida.
(Foto: Reuters)
El gobierno estadounidense señaló que "facilitará y pagará" el viaje de regreso de quienes se acojan a la medida. (Foto: Reuters)

El gobierno es los informó que cientos de menores buscan regresar con sus padres a través del programa "deportación voluntaria" tras la política de "tolerancia cero" con los migrantes ilegales impulsada por el presidente Donald Trump.

El Ejecutivo divulgó un informe en el que sostiene que más de 2,600 niños han sido separados de sus familiares, 2,157 menores ya han sido entregados a sus familias o a un representante, pero otros 445 aún están en custodia de las autoridades estadounidenses.

Al ser separados de sus padres, los niños pasaron a ser "menores no acompañados" en el sistema y como tal se les procesa. La ventaja de dicho estatus es que no pueden ser deportados hasta que vean a un juez.

Los menores tienen la opción de pedir asilo, aplicar a una visa juvenil o salir voluntariamente, una decisión con la que el expediente queda limpio y permite aplicar a una visa en el futuro desde el extranjero.

La organización por la defensa de los derechos civiles ACLU, junto a otras asociaciones, ha contactado a los padres ya deportados de 322 niños que aún están en Norteamérica, según el informe oficial, que indica que los representantes de 167 niños optaron por no ser reunificados.

Ello debido a que los niños emigrantes provienen de países de Centroamérica en su mayoría, quienes huyeron junto a sus padres en medio de las crisis sociales que afrontan países como Honduras y Nicaragua.

Es el caso de un hondureño de 34 años que pidió anonimato por seguridad pues fue separado de su hija y deportado de vuelta a su país, donde vive con muchísimo miedo y lo que menos quiere es que la pequeña sea enviada a casa.

El ciudadano era funcionario de gobierno en Honduras y dice que decidió partir a Estados Unidos con su hija después de que una pandilla le hiciera dos atentados.

"Yo de verdad no quería viajar a Estados Unidos, ya me habían contado que el camino era feo y era duro", indicó el hondureño a la agencia AFP.

Al cruzar la frontera, se entregó a las autoridades para pedir asilo, pero poco tiempo después, lo separaron de su hija, lo deportaron y a ella la enviaron a un albergue, donde tiene ya más de dos meses.

Al padre lo llamaron y tiene claro que, por su seguridad, es mejor que su hija no regrese. "Aquí (en Honduras) no hay nada bueno porque yo no tengo paradero", mencionó.

Fuente: AFP