CIDH ha reportado actos de represión selectiva mediante detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales a viviendas paa buscar a opositores (AP).
CIDH ha reportado actos de represión selectiva mediante detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales a viviendas paa buscar a opositores (AP).

La crisis en se agrava cada día más. A tres meses del inicio de las protestas y en el aniversario 39 del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza, la relatora de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para Nicaragua, Antonia Urrejola, analiza la violencia en ese país.

¿La crisis sociopolítica en Nicaragua se ha agravado?
Lamentablemente, sí. Tras los ataques a la Parroquia de Jesús de la Divina Misericordia, la represión en contra de estudiantes y civiles en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, la denuncia de campesinos asesinados en Lovago y la fuerte ofensiva del Gobierno para recuperar el control de Masaya, es indiscutible que la grave crisis de derechos humanos se ha profundizado.

¿Cuántas víctimas se han registrado hasta el momento?
Ahora contabilizamos 275 muertos confirmados y hay más de 1,800 heridos.

¿Qué tipo de violaciones a los derechos humanos se han cometido en Nicaragua?
Desde el inicio de las protestas, hemos visto que la violencia estatal está dirigida a disuadir la participación en las manifestaciones. Para ello se ha seguido un patrón común, caracterizado por el uso excesivo y arbitrario de la fuerza policial y el uso de grupos parapoliciales contra los opositores al Gobierno con la tolerancia de las autoridades estatales. Hay casos de asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y posibles actos de tortura, así como detenciones arbitrarias.

¿Se ha corroborado la práctica de la ‘operación limpieza’?
Se ha observado actos de represión selectiva por medio de detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales de viviendas en busca de personas que participaron en protestas y tranques opositores. Estas detenciones se realizan sin orden judicial y han forzado a un gran número de personas a huir de sus casas, esconderse y desplazarse a otros lugares. Además, también se detectó una nueva modalidad de represión relacionada con la toma de tierras por parte de grupos organizados que ingresan a invadir propiedad privada como una forma de intimidación. La situación es alarmante y cada día más violenta.

¿Muchas de las personas asesinadas son jóvenes?
Sí. Hasta la fecha, 25 niños y adolescentes murieron de forma violenta en el contexto de la represión a las manifestaciones, cinco de ellos con impactos de bala en la cabeza. Además, 8 adolescentes estarían detenidos y 4 judicializados.

¿Es la peor crisis de Nicaragua?
Sí, que yo tenga conocimiento.

En ese contexto, ¿qué salida hay para la grave situación?
La única salida posible es el entendimiento. Esperamos que se abra espacios para ello, aunque se ve muy difícil, pues hay miembros de la mesa de diálogo que están siendo estigmatizados (los acusan de terroristas) e incluso uno está siendo procesado. Hay una práctica generalizada de criminalizar la protesta social y eso preocupa. La violencia no es la forma de resolver el problema. Es imperativo que cese la represión y dé lugar al diálogo.

La crisis en Nicaragua inició el 18 de abril pasado (Efe).
La crisis en Nicaragua inició el 18 de abril pasado (Efe).

¿Se puede dialogar en las condiciones actuales?
Esperemos que sí. Vamos a seguir apostando por el entendimiento y hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional a pronunciarse y exigir a Nicaragua dialogar y respetar los derechos humanos de su población. ¡El pueblo nicaragüense no puede seguir sufriendo tanto dolor!

Datos: 
- Las protestas en Nicaragua empezaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario.

- El presidente Daniel Ortega lleva once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

- Naciones Unidas, la OEA, la CIDH y una docena de países latinoamericanos han expresado su preocupación por el conflicto en Nicaragua.