Pese a los esfuerzos para impulsar el diálogo nacional, la violencia recrudece en Nicaragua. Ayer, fuerzas combinadas del Gobierno de Daniel Ortega iniciaron una nueva ofensiva armada en el barrio de Monimbó, en Masaya, la ciudad que desde el 18 de junio pasado se declaró “territorio libre del dictador” y cuyos pobladores mantienen barricadas para impedir el ingreso de la Policía.
Ante la advertencia del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, de que el Gobierno preparaba una “masacre” armada en el barrio que solo se defiende con hondas, piedras y morteros artesanales; una delegación de obispos católicos se trasladó hasta la ciudad a fin de evitar una tragedia.
En las primeras horas de ayer, policías y ‘parapolicías’ del Gobierno realizaron maniobras para rodear Monimbó. El presidente de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva, señaló que los ataques se daban en todos los flancos, incluyendo el mercado, donde cientos de personas estaban encerradas.
La arremetida se contuvo con la llegada de la misión de sacerdotes, encabezada por el cardenal Leopoldo Brenes, que fue recibida, entre el repique de campanas, por pobladores que salieron de sus casas llorando y con banderas blancas, entre gritos de “queremos la paz” y “basta de violencia”.
Brenes caminó con una imagen de Jesús por las angostas calles de la ciudad, mientras cientos de manos ayudaban a levantar las barricadas.
Sin embargo, el obispo Jorge Solórzano denunció que camionetas llenas de antimotines y paramilitares rodearon la ciudad de Granada.
TENGA EN CUENTA
- El cardenal Leopoldo Brenes informó que el diálogo nacional se reanudará luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presente un informe sobre la crisis ante la OEA.
- Unas 21 personas han muerto en Masaya por la represión del Gobierno.