Nelson Mandela sufrió la pérdida de varios de sus hijos. (Reuters)
Nelson Mandela sufrió la pérdida de varios de sus hijos. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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, icono mundial de la libertad y la reconciliación, quien pasó 27 años en la cárcel durante el régimen del en , también debió enfrentar una serie de tragedias familiares.

La más reciente fue la muerte de su bisnieta Zenani Mandela, quien falleció en un accidente automovilístico en Johannesburgo el 11 de junio de 2010, horas antes de que se inaugurara el que organizó su país en el estadio Soccer City. La joven acababa de cumplir 13 años.

Antes de convertirse en el héroe de la lucha contra el régimen de segregación racial, Mandela, conocido en su país como Madiba, perdió a su hija Makaziwe, una bebé de salud frágil, que murió en 1947 a la edad de nueve meses.

Este deceso perjudicó su matrimonio con Evelyn Ntoko Mase, que concluyó con un divorcio en 1958.

Ese mismo año se casó con la extravagante Winnie Madikizela-Mandela. Pero la pareja vivió buena parte del tiempo separada por las crecientes actividades políticas de Nelson Mandela que lo llevaron a la clandestinidad. En 1964 fue condenado a cadena perpetua. Tenía tan sólo 44 años.

"Tengo la impresión de que todas las partes de mi cuerpo, carne, huesos, sangre y alma son solo bilis, tan grande es mi impotencia para ayudarte en los momentos terribles que vives y que me amargan", escribió a su mujer el 1 de agosto de 1970 desde la cárcel de Robben Island, donde pasó 18 de sus 27 años en prisión.

Fue allí también, donde le anunciaron en 1969 la muerte de su hijo mayor, Madiba Thembikile, también en un accidente automovilístico.

El régimen, que le había impedido un año antes enterrar a su madre, le prohibió asistir a los funerales de su hijo, un hecho que Nelson Mandela nunca se pudo perdonar.

"¿Habré hecho bien en priorizar el bienestar general en detrimento de mi propia familia?", se interrogó en su autobiografía Un largo camino hacia la libertad. "En Sudáfrica, es duro para un hombre ignorar las necesidades de su pueblo (…) Pero esto no hace decrecer mi tristeza", añadió.

Sus años en prisión fueron un golpe fatal a su relación con Winnie, quien en ausencia de su marido se convirtió en la pasionaria de la lucha contra el Apartheid.

Mientras desarrollaba en la cárcel su estrategia de cooperación pacífica, Winnie Mandela sufría persecución, arresto domiciliario y encarcelamientos esporádicos.

Más tarde fue condenada por el secuestro de un adolescente, quien era sospechoso de ser un agente del régimen y fue asesinado por sus guardias de seguridad.

El 11 de febrero de 1990, día en que fue liberado Mandela, la pareja apareció de la mano en las puertas de la prisión. Dos años más tarde se separaron. El divorcio finalmente se dictaminó en 1996.

Más tarde, Winnie Mandela enfrentó nuevas controversias y fue juzgada nuevamente por fraude y estafa. Fue condenada por el delito de fraude, pero no fue a la cárcel.

En 1994, se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.

Durante su mandato, Mandela se reencontró con la viuda del exmandatario de Mozambique Samora Machel, Graca Machel, con quien se casó en 1998, el día de su 80 cumpleaños.

En 2005, volvió a sufrir un duro golpe con la muerte de otro de sus hijos Makgatho Lewanika Mandela, de una enfermedad vinculada al sida. El premio Nobel de la paz admitió públicamente la causa del deceso, en un país donde 5,6 de sus 48 millones de habitantes son seropositivos.