Redacción PERÚ21

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El ex jerarca militar último presidente de facto de y considerado un represor en su país, murió este miércoles a los 90 años internado en un hospital militar y bajo arresto por los crímenes cometidos durante la dictadura.

Bignone presidió la última Junta Militar entre 1982 y 1983 y era el único presidente de facto de la dictadura (1976-1983) que aún permanecía con vida.

En el ocaso de la dictadura, abrió el proceso que permitió a Argentina el regreso a la vida democrática con la victoria de Raúl Alfonsín en las elecciones presidenciales de octubre de 1983.

Había sido condenado a prisión perpetua por asesinato, torturas, privación ilegítima de la libertad y robo de bebés, entre otros crímenes de la dictadura que dejó 30.000 desaparecidos, según organismos defensores de los derechos humanos.

El ex represor había sido sentenciado junto al ex jerarca militar Jorge Rafael Videla, ya fallecido, por robo de bebés de mujeres desaparecidas.

En 2016 había recibido una condena a 20 años de prisión por desaparición forzada de un centenar de personas en el marco del denominado Plan Cóndor de coordinación represiva entre los países del Cono Sur.

Su último proceso lo enfrentó el año pasado cuando sumó otra condenada a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1977 en el Colegio Militar que estaba a su cargo, donde muchas de las víctimas eran soldados que cumplían con el servicio militar, por entonces obligatorio.

Reynaldo Bignone llegó a presidir la Junta Militar tras el desplazamiento de Leopoldo Galtieri luego de la derrota militar en la guerra con el Reino Unido por las Islas Malvinas (1982).

Durante su gobierno de facto impulsó un acta por la cual se declaraba muertos a los desaparecidos y refería como "actos de servicio" los crímenes cometidos por la dictadura.

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