Nuevas investigaciones revelaron que el pequeño Anthony Avalos, de 10 años, fue torturado por su propia familia, días antes de morir producto de las lesiones en la cabeza que presentaba, en California.
El niño hispano, vivía en California con su madre, su padrastro y sus pequeños hermanos, estos últimos fueron obligados a participar de las torturas que incluyeron golpes severos en la cabeza, azotes con un cinturón y un cable eléctrico, forzado a tragar salsa picante y pasar hambre.
"En un momento Anthony no podía caminar, estaba inconsciente acostado en el suelo de su habitación durante horas, no recibió atención médica y no podía comer solo", escribió el fiscal adjunto del distrito del condado de Los Ángeles, Jonathan Hatami, informa Los Ángeles Times.
Los funcionarios de bienestar infantil del condado habían recibido una docena de referencias de sospechas de abuso infantil sobre el niño desde 2013 hasta 2016. Anthony había sido expulsado de su hogar durante varios meses cuando se confirmaron algunos de los informes de abuso. Sin embargo, fue devuelto después de que los miembros de su familia recibieran asesoramiento en el hogar.
Según las informaciones, el pequeño había contado semanas antes de su muerte que era gay, motivo por el que se investiga si la homofobia jugó un papel en el caso que ha conmocionado a California.
Hasta el momento, Heather Maxine Barron de 28 años y Kareem Leiva de 32, madre y padrastro del pequeño respectivamente, han sido detenidos y se enfrentan a cargos de tortura y asesinato. No han presentado declaraciones y permanecieron encarcelados con una fianza de US$ 2 millones cada uno. Los otros niños están bajo el cuidado del Departamento de Niños y Familias de Los Angeles.