Pará. La Superintendencia del Sistema Penitenciario del Estado de Brasil (SUSIPE) informó que siete presos fallecieron en Altamira, en el estado de Pará, en un motín que se originó tras una fuga frustrada.
El hecho ocurrió pasada la una de la mañana de este martes. 16 presos intentaron escapar por el conducto de la ventilación. Sin embargo, fueron detectados por las cámaras de seguridad y detenidos por la policía que se encontraba al interior.
La detención desencadenó un motín, con participación de unos 120 presos, que incendiaron la sala del generador de energía y un galpón de alojamiento. "Parte de las celdas y rejas de la unidad penitenciaria, además de la enfermería y la secretaría resultaron destruidas", agregó un comunicado de SUSIPE.
Según el informe, seis presos murieron durante el motín, a manos de otros reclusos, y el séptimo falleció carbonizado. Al menos tres resultaron heridos.
Los presos amotinados reclamaban juicios más rápidos, mejores condiciones de reclusión y la sustitución del director del presidio. El Centro de Recuperación regional de Altamira tiene capacidad para 208 detenidos pero alberga a 374, de acuerdo con el comunicado de la superintendencia.
Brasil tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, con más de 726 mil reclusos, según los últimos datos oficiales de junio de 2016. La cifra casi duplica la capacidad penitenciaria del país.
Las fugas, motines y ajustes de cuentas son constantes. El año pasado, una rebelión dejó 56 presos muertos en Manaos, capital del estado Amazonas, tras un sangriento enfrentamiento de más de 17 horas entre miembros de distintas facciones.
Este año, los alzamientos no han dado tregua. En agosto, 28 presos se fugaron de una cárcel de la localidad de Ibaiti, en Paraná, y en septiembre, 92 huyeron de una cárcel de máxima seguridad de Joao Pessoa, apoyados por un operativo comandado desde el exterior.
Fuente: AFP
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