El Vaticano anunció hoy la muerte del cardenal Bernard Law, el ex arzobispo de Boston que cayó en desgracia y que tuvo que renunciar tras encubrir años de abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes y cuyo nombre se convirtió en símbolo de escándalo de la Iglesia Católica.
La Santa Sede no divulgó la causa de muerte, pero fuentes cercanas a Law — que falleció en un hospital de Roma— dijeron que sufría complicaciones derivadas de la diabetes, de una falla hepática y de una acumulación de fluidos alrededor del corazón, conocida como derrame pericárdico.
El telegrama de condolencias enviado por el papa Francisco al decano del Colegio de Cardenales fue inusualmente corto e insípido comparado con el que mandó antes por otros cardenales.
El Papa dijo que rezaba para que Dios misericordioso "le acoja en la paz eterna". "Elevo oraciones de sufragio para que el Señor, rico de misericordia, lo acoja en la paz eterna", agrega el telegrama divulgado por el Vaticano.
Law fue arzobispo de Boston, una de las más prestigiosas y prósperas arquidiócesis de Estados Unidos, durante 18 años, hasta que el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia del 13 de diciembre de 2002, tras un año complicado en la historia de la Iglesia.
Una serie de artículos de reporteros del diario Boston Globe mostró cómo sacerdotes que abusaban sexualmente de niños fueron trasladados de parroquia en parroquia durante años bajo la supervisión de Law, sin informar a las congregaciones ni a las autoridades.
Esto inspiró la película "En primera plana", donde se narra la historia sobre cómo el Boston Globe sacó a la luz el escándalo. La cinta incluso ganó el premio Oscar a la Mejor Película en el 2016.
"No hay palabras para expresar el dolor que sufrieron estos sobrevivientes y sus seres queridos", afirmó SNAP, un grupo de víctimas.
"Los sobrevivientes de agresiones sexuales en Boston, que fueron traicionados primero por la cobertura por parte de Law de los delitos sexuales y luego doblemente traicionados por su posterior promoción a Roma, fueron los más afectados", dijo el grupo.
La renuncia de Law provocó estragos en la Iglesia estadounidense y sus efectos se extendieron por el mundo, ya que se descubrió que sus técnicas de encubrimiento se usaron también en otros países.
Pese a tener la reputación arruinada, el religioso gozó siempre de la protección de la Santa Sede, que lo nombró en 2004 arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor y nunca lo enjuició.
En 2011 Law se jubiló, pero mantuvo los títulos, según las normas de la iglesia, de arcipreste emérito de la basílica y arzobispo emérito de Boston.
En 2004, una investigación estableció que unos 4,400 sacerdotes católicos abusaron sexualmente de niños y que el número de víctimas entre 1950 y 2002 alcanzaba los 11,000.