Alrededor de medio millón de personas marcharon en Barcelona (España) en contra de los atentados extremistas en el bulevar Las Ramblas, que dejó quince muertos y más de 120 heridos, la semana pasada.
Miles de ciudadanos portaban pancartas que decían "No Tinc Por", que significa "No tengo miedo", en catalán.
Esta frase ha pasado de ser una respuesta cívica a la violencia a una consigna unánime en todo España.
Autoridades locales, regionales y centrales de ese país trataron de proyectar una imagen de unidad tras haber sido cuestionados, por supuestamente, no compartir adecuadamente la información sobre los atacantes.
Al desplazamiento se sumó el rey Felipe VI, el jefe de gobierno Mariano Rajoy otros funcionarios regionales de Cataluña y España.
Tras verlos como parte del recorrido, algunos ciudadanos abuchearon a las autoridades y el rey por su papel en la promoción de las exportaciones militares a Arabia Saudí.
El grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de las arremetidas. Al momento, han muerto ocho sospechosos del ataque, dos están presos con cargos preliminares de terrorismo y homicidios, y otros se encuentran en libertad condicional, pero en investigación.