Redacción PERÚ21

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En el velorio de María Ortiz, una de las víctimas del terremoto que azotó México, unas 50 personas se despiden de ella mientras la recuerdan con cariño, pan dulce y bebidas calientes.

Richard López Ortiz, el hijo de esta mujer de 38 años, asegura que tener tanta gente en su hogar es algo usual en su casa. Recuerda que sus padres ni bien llegaron al barrio de San José, se hicieron padrinos del patrono local.

"Aquí se dice que se cerró la calle, le hicieron una fiesta en grande a San José", sostiene el joven que ha encontrado en el ayudar y compartir con los demás una forma de superar su pena.

Por ello, junto a sus hermanos, tíos y primos acudió al lugar en escombros donde murió su progenitora y otras víctimas del sismo con el firme propósito de encontrar a su madre y auxiliar a las personas que lo requieran.

"Nos dio tanto gusto ser útiles que empezamos a recoger escombros rápido", relata Richard y agregó que los soldados quedaron impactados con la rapidez con que avanzaron en el penoso trabajo.

El joven mexicano aseguró que el próximo 2 de noviembre, Día de los Muertos, la casa estará abierta para homenajear a su mamá y a su papá, que falleció hace cuatro meses por una enfermedad.

"Aquí esperamos a nuestros muertos y vamos a esperar ahora a mi mamá y a mi papá... Hacemos de comer para la gente que nos deja una luz para ellos", concluye.

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