Cientos de civiles residentes de Idlib, en el noroeste de Siria, comenzaron a huir de la zona ante el temor de un asalto inminente del Ejército sirio. (Foto: AFP)
Cientos de civiles residentes de Idlib, en el noroeste de Siria, comenzaron a huir de la zona ante el temor de un asalto inminente del Ejército sirio. (Foto: AFP)

Redacción PERÚ21

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Los presidentes de Irán, Rusia y Turquía celebran una cumbre este viernes en Teherán para decidir el destino de la provincia de Idlib, el último gran bastión yihadista y rebelde de , donde la comunidad internacional teme un desastre humanitario.

El encuentro del iraní Hasan Rohani, el ruso Vladimir Putin y el turco Recep Tayyip Erdogan está previsto por la tarde, solo unas horas antes de una reunión sobre la situación en Idlib convocada por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Idlib, en el noroeste de Siria, es el último gran bastión de los insurgentes, que lo conquistaron en 2015. También es el lugar al que se enviaron decenas de miles de rebeldes y civiles evacuados de otros bastiones de la oposición que las fuerzas leales al régimen recuperaron en varios puntos del país.

Cientos de civiles comenzaron a huir de la zona el jueves ante el temor de un asalto inminente de las tropas gubernamentales.

El régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, decidido a recuperar el conjunto del territorio y que cuenta con el apoyo militar de Rusia e Irán, reunió refuerzos en los alrededores de la provincia, fronteriza con Turquía y dominada por los yihadistas de Tahrir al Sham (HTS), aunque también acoge a importantes facciones rebeldes.

Siria, Rusia e Irán deberán tener en cuenta la postura de Turquía, apoyo de los rebeldes, que dispone de tropas en Idlib y que teme una llegada masiva de refugiados a su territorio.

"La situación de Idlib será uno de los temas principales de discusión" de la cumbre de Teherán, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Sabemos que las fuerzas sirias se están preparando para solucionar este problema".

Antes de la reunión, Teherán y Moscú reafirmaron su apoyo al régimen de Damasco. "Hemos matado, matamos y mataremos terroristas [...] Da igual que estén en Alepo, en Idlib o en otros puntos de Siria", declaró el jueves Maria Zajarova, portavoz de la diplomacia rusa.

Temor a una masacre

Su homólogo iraní, Bahram Ghasemi, había asegurado el lunes a Damasco el "apoyo" de Irán y la voluntad de su país de "continuar su papel de consejero y su ayuda para la próxima campaña en Idlib".

La reunión de Rohani, Putin y Erdogan podría determinar la amplitud y el calendario de la ofensiva contra Idlib.

Los tres países adquirieron un importante papel en la guerra en Siria a través del apoyo militar a las partes beligerantes y del proceso de Astaná, que eclipsó las negociaciones lideradas por la ONU para intentar poner fin a la contienda, que dejó más de 350 mil muertos desde 2011.

Damasco, Moscú y Ankara fueron escenario en los últimos días de un intenso baile diplomático.

Según el diario proestatal Al Watan, los resultados de las discusiones se presentarán en el encuentro de Teherán, donde las tres potencias "decidirán la hora cero de la operación del ejército sirio, que intervendría inmediatamente después de la cumbre".

Turquía, que teme una "masacre" y un nuevo flujo de refugiados a su frontera, afirmó que intentaría convencer a Teherán de impedir el asalto.

Por su parte, Irán aseguró que quería ayudar a Damasco a expulsar a los insurgentes de Idlib "con la menor cantidad posible de pérdidas humanas" y Moscú señaló que se intenta "separar sobre el terreno [...] a los opositores armados normales de los terroristas".

En la provincia de Idlib y en los reductos rebeldes de las vecinas Hama, Alepo y Lataquia viven en total unos tres millones de personas, según la ONU, de los que más de la mitad son desplazados.

El miércoles, Naciones Unidas advirtió sobre un posible "baño de sangre" en Idlib, temiendo que una ofensiva provoque una catástrofe humanitaria de una amplitud inédita desde el inicio del conflicto sirio.

Un día antes, Estados Unidos había advertido a Damasco y sus aliados respecto al recurso a las armas químicas.

"El mundo [...] y Estados Unidos monitorean [...] muy de cerca" la situación. "Si hay una masacre, el mundo estará muy, muy enojado y Estados Unidos también", señaló el presidente Donald Trump.

Fuente: AFP

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