Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

A la británica Kathryn Berrisfor (33) salir embarazada no resultaba difícil; sin embargo, su gestación nunca prosperaba debido a diferentes complicaciones.

Tras cuatro abortos espontáneos, Berrisfor no perdía las esperanzas luego de escuchar a sus médicos de cabecera, quienes le recomendaron que continuara con su tratamiento pues iba a ser madre.

Kathryn Berrisfor, quien es embriologa de profesión y trabaja en la clínica de fertilidad Care en Nottingham (), pidió ayuda a sus colegas del nosocomio después de no hallar solución a sus problemas.

Pruebas en torno a ella y a su pareja Joss concluyeron que ambos tienen el mismo tipo de antígeno específico en su sistema inmunitario. "Por esta razón mi cuerpo no veía al esperma del embrión como algo extraño (a mi propio cuerpo) y eso hacía que el embarazo no prosperara", declaró a la BBC.

Berrisfor se sometió entonces a un método conocido como inmunoterapia con linfocitos. Es decir, aíslan los glóbulos blancos de la sangre del padre y después se lo suministran a la madre.

En torno al tratamiento, el investigador de la Universidad de Fortaleza en Brasil, Marcelo Cavalcante, manifestó que "se le suministran a la madre antígenos del padre, que van a ser parte del bebé, y esto provoca una reacción en sus sistema inmunológico para que lo acepte".

Las inyecciones pueden ser antes del embarazo y durante tres o cuatro semanas en el proceso de gestación.

"Así, en la siguiente ocasión en que el óvulo y el esperma se juntaron, mi cuerpo entendió que (el embrión) era un cuerpo diferente y eso desató el proceso del embarazo... Básicamente, me hicieron alérgica al esperma de mi marido para quedar embarazada", expresó Kathryn.

Al año de su tratamiento, Kathryn Berrisfor tuvo a su hija Mae, y luego tuvo a su segundo bebé.

POLÉMICA POR TRATAMIENTO

Tanto la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el servicio nacional de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) prohibieron el tratamiento.

Aunque se conoce que ciudadanas estadounidenses viajan a México para hacerse la terapia. En tanto, también se ofrecen en Asia y Europa.

El tratamiento puede costar entre US$1000 y 1500.

TE PUEDE INTERESAR: 

TAGS RELACIONADOS