Feligreses han sido asesinadas en Nigeria en un ataque llevado a cabo por hombres armados en plena misa de Pentecostés en la iglesia de San Francisco Javier, en el estado sureño de Ondo. Según los testigos, un grupo de cinco personas comenzó a disparar de modo indiscriminado, dentro del templo como en los alrededores.
El número de muertos aún no se ha confirmado oficialmente, sin embargo, según Adelegbe Timileyin, representante local en la cámara baja del parlamento de Nigeria, al menos 50 personas murieron, incluidos niños, aunque varios informes sugieren que esta cifra es demasiado baja.
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Timileyin agregó que el párroco de la iglesia de San Francisco, adonde acudía la gente a celebrar el domingo de Pentecostés, fue secuestrado por este grupo de delincuentes.
Las escenas de varios videos son absolutamente desgarradoras, pues muestran varios cuerpos sin vida con sangre derramándose en la iglesia, mientras la gente alrededor lloraba desconsolada al presenciar el terrible ataque.
“Pase lo que pase, este país nunca se rendirá ante el mal y los malvados, y la oscuridad nunca vencerá a la luz. Nigeria finalmente ganará”, declaró el presidente del país, Muhammadu Buhari.
“Nuestros corazones están apesadumbrados”, escribió en Twitter el gobernador de Ondo, Rotimi Akeredolu. “Nuestra paz y tranquilidad han sido atacadas por los enemigos del pueblo”.
Nigeria es objeto de frecuentes atentados yihadistas contra cristianos, pero estos se limitan casi siempre al norte del país, de mayoría musulmana.
La mayor parte de los 98 millones de cristianos, en una población de poco más de 200 millones, viven en el sur de Nigeria, donde sí es frecuente la acción de bandas criminales y de grupos armados separatistas.
“El Papa ha tenido conocimiento del ataque a la iglesia de Ondo, Nigeria, y de la muerte de decenas de fieles, muchos de ellos niños, durante la celebración de Pentecostés. Mientras se aclaran los detalles, el Papa Francisco reza por las víctimas y por el país, dolorosamente afectado en un momento de celebración, y encomienda a ambos al Señor que envíe su espíritu para consolarlos”, dijo el Papa Francisco a través de un comunicado difundido por la oficina de prensa del Vaticano.