El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, volvió a internarse hoy en el hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, para realizarse la última de las tres sesiones de quimioterapia recomendadas por los médicos para combatir un cáncer de laringe que se le diagnosticó el pasado 29 de octubre.
Lula, quien ayer aseguró que se siente "confiado" en el éxito del tratamiento, se someterá también a exámenes para verificar si la quimioterapia, iniciada el 31 de octubre, logró reducir o hacer desaparecer el tumor de tres centímetros de diámetro que, según los médicos, es de "agresividad mediana".
Si los resultados son los esperados, el tratamiento proseguirá en enero de 2012, con sesiones de radioterapia. En principio, los médicos descartaron la hipótesis de una cirugía para retirar el tumor.
El exmandatario, de 66 años, pasará la noche en el hospital, para que se puedan monitorear posibles efectos colaterales de la quimioterapia, y mañana regresará a su casa, en la ciudad industrial de Sao Bernardo do Campo.
El mes pasado, Lula da Silva se quitó la barba que lo hizo famoso desde la década del 70 y también se rapó la cabeza, para anticiparse a los efectos de la quimioterapia.