El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva atraviesa uno de sus peores momentos, luego de que se confirmara su condena a doce años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
A sus 72 años, el ex mandatario cumplirá su condena en una celda de 15 metros cuadrados especialmente acondicionada por la Policía Federal en Curitiba, en el sur de Brasil.
Esta cuenta con una cama, mesa, silla y acceso a un baño privado. El ex mandatario también tendrá derecho a dos horas diarias de aire libre y a una visita semanal de familiares cercanos. "Es lo más simple posible, pero estará separado de los demás presidiarios", explicó el comisario Igor Romario.
Esta celda era utilizada para alojar a policías y abogados que necesitaban pasar la noche en la sede judicial. Sin embargo, con los acontecimientos de las últimas semanas, fue adaptada para albergar a su interno más famoso de la operación Lava Jato, informa El Heraldo.
"La sala es bastante humanizada, bastante tranquila, un ambiente agradable, pero nada especial", añadió por su parte Jorge Chastalo, jefe del equipo de custodia de la sede policial.
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Sin embargo esta no será la celda definitiva, ya que luego de un tiempo será trasladado al Complejo Médico Penal de Pinhais, en Curitiba. Esto debido a que será más segura para el ex presidente.
Esta nueva prisión alberga a 659 presos, y está destinada para los reclusos enfermos o con problemas psiquiátricos. Actualmente acoge a expolicías y presos por crímenes socioeconómicos.
En este complejo, las celdas tienen un tamaño de 12 metros cuadrados en las que albergan a dos internos, aunque se presume que el ex mandatario estaría solo.
Todos los internos usan un uniforme naranja, cada uno limpia su propia celda y pueden acceder a una televisión, siempre que sus familiares se la proporcionen.