El Movimiento al Socialismo (MAS) celebró este sábado su regreso al poder en con la victoria electoral de Luis Arce, en espera de la transición para tomar posesión del Gobierno del país.

El festejo se realizó después de que la jornada anterior el ente electoral del país declarara finalmente como ganador de la elección del pasado domingo a Arce, tras varios días de cuenta de votos.

El reconocimiento de la vitoria electoral del exministro de Economía de Evo Morales fue llegando poco a poco con el paso de los días, lo han hecho organismos internacionales, presidentes de la región y hasta algunos de sus adversarios políticos más importantes.

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El último en admitir el éxito masista en las urnas fue Luis Fernando Camacho, de Creemos, la pasada media noche tras la persistencia de sus seguidores y algunos sectores de Santa Cruz, la región en la que triunfó, en afirmar que hubo un supuesto fraude del que no se conocen evidencias hasta ahora.

Fiesta en el fortín político

El Alto, ciudad vecina de La Paz con un millón de habitantes y la segunda más poblada del país con una importante población aimara, ha sido este sábado el epicentro de las celebraciones que exultaron la vitoria de Arce y de su acompañante, el excanciller y ahora vicepresidente electo, David Choquehuanca.

Las ceremonias y rituales andinos, los bailes y ritmos autóctonos volvieron a acompañar con mayor fuerza un acto masivo del MAS después de casi un año, en parte atenuados por la pandemia del COVID-19 y en parte porque en el Gobierno ha estado la presidenta de transición, Jeanine Áñez.

Los colores de los atuendos principalmente indígenas del altiplano del país se fusionaron con la militancia del MAS que exhibió el azul, blanco y negro que distingue a esta agrupación política en la que confluyen los sindicatos y organizaciones campesinas e indígenas del país.

El paro que no fue

La cara que debía oponerse al festejo del MAS en el occidente debía ser el paro indefinido convocado en la oriental Santa Cruz, la ciudad más poblada del país y capital económica de Bolivia, que al final no se desarrolló.

La convocatoria la hizo la vehemente Unión Juvenil Cruceñista (UJC), el pasado miércoles por la noche, tras varias jornadas en las que una multitud se reunió en el simbólico Cristo Redentor de la ciudad que consideraba que la elección fue amañada y existían sospechas de fraude.

Los intentos por parar fueron mínimos, apenas algunos puntos en la madrugada con algún reporte y pelea entre un grupo reducido de bloqueadores con quienes se oponían a la medida.

La convocatoria se debilitó sin la participación del influyente Comité Cívico cruceño que consideró que un paro era inapropiado en un contexto en el que Santa Cruz y Bolivia luchan por reactivar las actividades económicas tras varios meses de pandemia y con restricciones todavía vigentes.

La transición de gobierno

En dos semanas, el domingo 8 de noviembre, el Parlamento boliviano deberá tomar posesión al presidente electo, un acto que se ha anunciado se producirá en La Paz, sede del legislativo y el ejecutivo nacionales.

No obstante, la última sesión del Parlamento está previsto que se realice en Sucre, la capital del país y sede del poder judicial, en la que también se hará la transición con los nuevos legisladores.

El presidente electo ha anunciado que conformará un Gobierno en el que se respetará la figura histórica de Evo Morales pero que será distinto al de su líder, con una renovación en sus filas que se basará en profesionalidad y juventud, además de un diálogo más fluido con las organizaciones sociales y la militancia del MAS.

Arce resultó ganador de las elecciones del pasado 18 de octubre con el 55 % de los votos, un porcentaje con el que fue innecesario el llamado a una segunda vuelta, ya que el segundo, el expresidente Carlos Mesa, obtuvo el 28 % de apoyo electoral.

Con información de AFP.

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Carmen Omonte 23-10-2020
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