Los saludables hábitos de la reina Isabel II para mantenerse activa a sus 95 años

A varios nos gustaría vivir tanto como Isabel II del Reino Unido. Con 95 años de edad, es la monarca más longeva de Inglaterra y dentro de poco podría destronar a Luis XIV y convertirse en la soberana con el reinado más duradero de la historia, un récord que conseguirá en 2024. Pero, ¿Cuál es su secreto para mantenerse tan saludable y activa? La respuesta está en sus hábitos.

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Así, al menos, lo considera el especialista en cultura británica y realeza, Bryan Kozlowski, en Larga vida a la reina: 23 reglas para vivir como la monarca reinante más longeva de Reino Unido, un libro que fue lanzado a fines del 2020 y en el que explora los hábitos que habrían contribuido a que la monarca de Inglaterra haya envejecido tan bien y se mantenga activa pese a sus 95 años de edad.

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Según dijo el autor al New York Post, la reina Isabel II debe su longevidad a su empeño en seguir y mantenerse activa, aunque siempre consciente que los excesos físicos están de más en Buckingham. “Mucha gente tiende a pensar que la longevidad requiere una rutina de ejercicios físicos muy rigurosa”, dice Kozlowski. La reina de Inglaterra, por el contrario, es partidaria del “ejercicio sensato”.

La monarca se ha conformado con seguir practicando algunos de sus pasatiempos favoritos como montar a caballo y dar caminatas con sus corgis por los jardines de Frogmore House en el entorno del Castillo de Windsor, tal y como ha hecho toda la vida. “Los estudios dicen que el tipo de ejercicios que se consiguen mantener son aquellos que a uno le causan placer”, explica Kozlowski.

Kozlowski también dice que la reina ejercita su mente y pasa varias horas al día preparando sus reuniones, aunque a veces solamente lo haga por fastidiar. “Uno de sus pasatiempos favoritos es sacarle ventaja a los primeros ministros durante sus breves reuniones en el palacio de Buckingham mencionando una determinada política o asunto constitucional del que no saben nada”, asegura.

La dieta de Isabel II

Sobre su dieta, Kozlowski recuerda que Isabel II es de la generación que vivió el racionamiento de alimentos durante la Segunda Guerra Mundial. Es por ello que está acostumbrada a las comidas sencillas, aunque no deja de satisfacer esos pequeños antojos: en su caso, una pequeña porción de tarta en el té de la tarde, que la monarca del Reino Unido toma acompañado de sandwiches y scones.

Se sabe también que incorpora el alcohol a su dieta diaria pero con mesura: un cóctel de ginebra por la mañana, una copa de vino a la hora del almuerzo o una de champán por la noche, un hábito por el que los expertos dirían que es una “bebedora auto-trascendente” pero al que Kozlowski no le toma mayor importancia asegurando que Isabel II nunca dejaría que el alcohol interfiriera en su labor.