Alex, tu mensaje me pareció ofensivo, partió la respuesta de la abogada (charlotteproudman.com/Twitter).
Alex, tu mensaje me pareció ofensivo, partió la respuesta de la abogada (charlotteproudman.com/Twitter).


Todo comenzó cuando el abogado Alexander Carter-Silk, de 57 años, le escribió un mensaje privado a una colega de la ciudad de Cambridge (Reino Unido), Charlotte Proudman, mediante la red social , elogiando su apariencia física por la foto de perfil que aparece en su cuenta.

Lo más probable es que Carter-Silk no sabía que Proudman no era cualquier abogada de 27 años, sino feminista y especialista en derechos humanos, específicamente en violencia contra las mujeres, como señala en su .

Proudman, al leer el mensaje que le llegó a su bandeja de entrada le respondió inmediatamente al hombre que le dobla su edad y, para rematar, luego lo compartió en Twitter.

Repasemos el intercambio de mensajes. El 'halago' del abogado decía:

"Charlotte, encantado de conectarnos. Sé que esto es horrorosamente y políticamente incorrecto pero esa es una foto alucinante. Definitivamente ganas el premio a la mejor foto de LinkedIn que jamás haya visto. Siempre interesado en conocer tus habilidades y cómo podemos trabajar juntos. Alex".

La respuesta de Proudman fue contundente:

"Alex, tu mensaje me pareció ofensivo. Estoy en LinkedIn por temas de negocios no para ser abordada por mi apariencia física o ser objetivizada por hombres sexistas. La erotización de la apariencia física de las mujeres es una forma de ejercer poder sobre ellas. Si silencian sus atributos profesionales y el aspecto físico se convierte en el gran tema".

Y para concluir, escribió: "Comportamiento inaceptable y misógino. Piense dos veces antes de enviar a otra mujer (de la mitad de su edad) un mensaje así de sexista".

How many women are contacted re physical appearance rather than prof skills? — Charlotte Proudman (CRProudman)

"¿Cuántas mujeres en LinkedIn son contactadas por su apariencia física en lugar de sus habilidades profesionales?". Con esta pregunta Charlotte Proudman encendió el debate en Twitter, recibiendo, sobre todo, muestras de apoyo.

I've had a few similar messages on my LinkedIn..it's just wrong!

— the word on fashion (word_on_fashion)

"Yo he tenido unas pocas experiencias similares… ¡está simplemente mal!

I've been there. Changed pic to one that hides my face.— Katie (katiepodge)

Incluso, muchas que le respondieron aprovecharon la instancia y expusieron su caso

My own experience of the bullshit faced. Exposing it must continue

— Lyndsey Duff (Duffington_Post) "Te ves hermosa en tu foto…"

I received this message this morning. It happens all the time. Thanks for standing up to it.

— Rebecca New (rebeccanew91)

read this morning. Just received this via LinkedIn! Thinking appt. reply to this man :-/ — Jay Virdee (@jay_virdee)

Quienes, por el contrario, estuvieron en contra de ella, eran, curiosamente, en su mayoría hombres.

Charlotte Proudman should take the compliment and thank her lucky stars that the photographer couldn't capture her hideous personality.

— Royhenry (@PapaBeats)

Charlotte Proudman is the epitome of irrational, aggressive, fainting-couch feminism. Or, as I prefer, Gal-Qaeda. — Peter Lloyd (Suffragentleman)

Fue tanta la polémica que el hecho fue portada de algunos medios de comunicación.

Pkd up 2 prominent women featured:The Queen&

— Shamshia (@Shamshia1)

Sexism is not the fault of career women who complain about it — Adam Barnett (@AdamBarnett13)

Por su parte, Carter-Silk aseguró en un foro que "la mayoría de la gente comparte fotos bonitas pero poco profesionales en LinkedIn", por lo que su comentario se refería la calidad profesional de su presentación en esa red social, pero que lamentablemente fue "malinterpretado".

Asimismo, desde la firma del sujeto, ofrecieron disculpas a Charlotte e indicaron que estaban muy comprometidos con la igualdad de género y que incluso tienen una política que no tolera cualquier palabra o acción que violente ese principio.

Seguro que, de ahora en adelante, a Carter-Silk no le quedarán ganas de improvisar más juegos en espacios en que, se supone, son de trabajo.

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