“¿Cómo quieres ser mi amiga si por ti daría la vida?”, dice la canción de Pau Donés y uno piensa que hay políticos que lo han “perdido” todo por amor. El respeto, el matrimonio o el trabajo, como Alberto Otárola, quien dejó el cargo tras revelarse un audio con su amiga Yaziré Pinedo. Pero se fue entre aplausos y felicitaciones en Palacio.
Y la figura es repetida: un escándalo mediático que es comidilla de los medios, un político arrepentido que se esconde durante un tiempo para resucitar después, y una mujer que es el centro de los insultos y desaparece de la escena pública para siempre. Pero hubo una gran excepción a la regla: Monica Lewinsky.
¿Recuerdan a Monica Lewinsky? Para quienes tienen más de 40 años, ese nombre les recordará uno de los escándalos sexuales más grandes que dio la vuelta al mundo sin el apoyo de TikTok o alguna otra red social masiva.
En los años 90 el nombre de Monica se hizo conocido por el gran alboroto que protagonizó con el hombre más poderoso del planeta de ese entonces: el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Monica, que al momento del escándalo tenía tan solo 22 años y se desempeñaba como becaria no remunerada de la Casa Blanca, fue el centro de atención luego de que se destapara que mantuvo una relación sentimental con Clinton.
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Aunque en un primer momento recibió mensajes de odio, con el tiempo Monica ha sabido reinventarse como activista, escritora, modista y ahora como rostro de la marca de ropa femenina Reformation.
Y no es poca cosa. Reformation es una marca con sede en Los Ángeles con creaciones que se han convertido en las favoritas de estrellas como Taylor Swift, Meghan Markle o Hailey Bieber.
A sus 50 años, estará al frente de la campaña ‘You’ve Got the Power’, que tiene como objetivo promover el registro de votantes antes de las elecciones de 2024.
Pero esto es solo consecuencia de cómo enfrentó el ‘hate’ tras el escándalo. Conocido es el episodio en el que se negó a firmar autógrafo en un aeropuerto y su argumento fue simple, pero rotundo: “Soy conocida por algo que no es bueno”.
En 1999 dio una entrevista por medio millón de dólares que fue vista por 70 millones de estadounidenses y ese mismo año publicó Monica’s Story, su autobiografía autorizada escrita por Andrew Morton, autor de la vida y confesiones de Diana de Gales.
En aquel tiempo alertó a más de uno con sus revelaciones: “Lloraba como una histérica y luego me apagaba. En esos períodos, recuerdo mirar por la ventana pensando que la única forma de arreglar eso era saltando”.
Activista por causas como la lucha contra el acoso a mujeres, Lewinsky se ha convertido con el paso de los años en una de las voces más respetadas del activismo femenino.
También lanzó una línea de bolsos con la firma The Real Monica, que se vende en Estados Unidos y el Reino Unido.
Protagonizó un especial de HBO ‘Monica en blanco y negro’ en 2002 y en 2019 produjo la tercera temporada de la serie American Crime Story, de Ryan Murphy, que trata el escándalo con Clinton y su caracterización fue asumida por la actriz Beanie Feldstein.
Poco conocida por las nuevas generaciones, en la actualidad en redes sociales algunos ya la reconocen como un ícono de la moda.
“Aprovecharé cualquier oportunidad para que la gente piense que soy genial”, dijo para The New York Times.
LA ANSIEDAD DE CLINTON
Pese al escándalo, Clinton se salvó de la destitución, no se rompió su matrimonio y continuó siendo un político de importancia en el Partido Demócrata, aunque, con el pasar de los años, fue eclipsado por su esposa Hillary. Pese a ello, en campañas políticas pasadas —cuando se enfrentó a Donald Trump—, le recordaron el episodio Lewinsky.
En 2020, Bill Clinton, a propósito de un documental de su esposa Hillary, recordó a Monica y confesó que se siente terrible por cómo el romance afectó la vida de la exbecaria para siempre.
“A lo largo de los años la he visto tratando de volver a tener una vida normal. Pero hay que decidir qué defines como normal”.
Pero también justificó los encuentros sexuales con la inexperta becaria como una forma “de manejar su ansiedad”.
“La vida de todos tiene presiones, decepciones y terrores, miedos de lo que sea, cosas que hice para manejar mis ansiedades durante años”, explicó en el documental de cuatro capítulos.
El expresidente, pese al escándalo mundial, agradeció que su esposa no lo haya abandonado: “Me sentí tan agradecido de que ella pensara que aún contábamos con lo necesario para superarlo. Solo Dios sabe el precio que pagó por eso”.
La exbecaria que laboraba sin paga en la Casa Blanca ha publicado libros, da conferencias, tiene una marca de bolsos, ha protagonizado producciones televisivas, es una voz respetada por los derechos de las mujeres y ahora es ícono de la moda.
