Al sur de Winnipeg, en Canadá, se encuentra un peculiar laberinto de más de 2 mil m² construido íntegramente con nieve, que se mantiene en pie gracias a las bajas temperaturas del lugar.
Este fue construido por una pareja de agricultores de la zona, que ya eran especialistas en laberintos, pero que los confeccionaban con cuidadosamente con las plantas de maíz.
“Hicimos nuestra propia nieve. Eso llevó de dos a tres semanas de trabajo. Cuando tuvimos suficiente nieve, comenzamos con el proceso de construcción. Calculamos que tendríamos 300 cargas de nieve en el laberinto, y luego está la montaña de nieve", confesó Clint Masse, dueño del laberinto, informa AFP.
La estructura final cuenta con paredes de 1,80 metros de altura sobre un piso de unos 50 centímetros de nieve. Estas paredes no se derriten debido a las temperaturas glaciales de la zona, a menudo de menos de -30° C, que ayudan a conservarlo.
Sin embargo, el intenso frío no ha desmotivado a decenas de personas curiosas que acuden a diario al lugar para recorrer el laberinto desde su inauguración a inicios de enero.
“Fue divertido porque teníamos que encontrar los braseros. Así sabíamos que estábamos avanzando. Si no, no teníamos idea de a dónde íbamos”, refiere Jillian Crooks, una turista.
El laberinto acaba de ser registrado en el Libro Guinness de los Récords. Hecho que puede atraer aún a más turistas, lo que permitiría a sus dueños sacar provecho de la inversión.
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