El exarzobispo de Lima y primer cardenal del Opus Dei, Juan Luis Cipriani, ha sido señalado por abuso sexual contra un menor en un informe publicado por el diario español El País.
La publicación revela que el Papa Francisco obligó a Cipriani a renunciar en 2019, imponiéndole severas sanciones que incluían el retiro de sus hábitos cardenalicios, la prohibición de realizar declaraciones públicas y su exclusión implícita de futuros cónclaves, aunque ya había superado el límite de edad para participar en ellos.
El Foro de las Familias de los Rehenes las identificó como Daniella Gilboa, Karina Ariev, Liri Albag y Naama Levy. Las cuatro militares fueron entregadas primero a la Cruz Roja, que las transfirió al ejército israelí.
Según el informe, las acusaciones provienen de una carta enviada en 2018 por una presunta víctima anónima, quien relató haber sufrido abusos en 1983, cuando tenía 16 años, durante una confesión en un centro estudiantil del Opus Dei en Lima.
La víctima, ahora de 58 años, solicitó al Vaticano que apartara a Cipriani del sacerdocio, asegurando: “Lo único que quiero es que se sepa la verdad y que se aparte de la Iglesia a un pastor que me ha hecho daño”.
El Opus Dei, sin embargo, aseguró no tener registro oficial de la carta ni de la denuncia, a pesar de que conocía la acusación desde 1983. En 2018, Ángel Gómez Hortigüela, entonces vicario general de la organización en Perú, rechazó reunirse con la víctima, calificando el encuentro de "inconveniente".
Según el medio español, el documento llegó al papa a través de Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, quien confirmó haber entregado personalmente la carta a Francisco. Pese a no haberse iniciado un proceso canónico formal, el pontífice tomó medidas, y Cipriani aceptó voluntariamente las sanciones disciplinarias.
Como se sabe, Cipriani regresó a la esfera pública peruana recientemente cuando el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, también miembro del Opus Dei, le otorgó la Medalla de la Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz. Aunque apareció en el evento vestido con sotana, se le observó sin los símbolos cardenalicios, en cumplimiento de las restricciones impuestas por el Vaticano.
El informe también recuerda acusaciones previas contra Cipriani en 2002, que no prosperaron.
Testimonios de abuso y acoso
La víctima relató a El País episodios de acoso sexual que comenzaron con caricias inapropiadas y escalaron hacia conductas más invasivas. Según su testimonio, Cipriani utilizaba el espacio de la confesión para vulnerarlo emocionalmente. Además, denunció haber recibido amenazas de personas vinculadas al Opus Dei que intentaron silenciarlo.
“Me confesé con él cada semana o dos semanas durante más de un año. Sus acciones fueron graduales, pero siempre incómodas y humillantes”, narró. Pese a los intentos del religioso de contactarlo a través de intermediarios, el denunciante se negó a dialogar.
COMUNICADO DE CIPRIANI
Juan Luis Cipriani se pronunció este 25 de enero de 2025 mediante un comunicado, rechazando categóricamente las acusaciones de abuso sexual reveladas por el diario español El País. Según el reporte, las denuncias están vinculadas a hechos supuestamente ocurridos en 1983 y que habrían sido presentados ante la Santa Sede en 2018.
Cipriani aseguró que "los hechos que describen son completamente falsos" y negó haber cometido abuso sexual "ni en 1983, ni antes, ni después". En su declaración, reveló detalles sobre el proceso interno al que fue sometido en la Iglesia. Según explicó, en agosto de 2018 fue informado de una denuncia en su contra que no se le entregó ni permitió conocer a detalle.
Posteriormente, el 18 de diciembre de 2019, el Nuncio Apostólico le informó que la Congregación para la Doctrina de la Fe había impuesto restricciones a su ministerio sacerdotal y le pidió mantener una residencia fuera del Perú. Cipriani indicó que cumplió con dichas medidas en silencio, tal como se le solicitó.
En el comunicado, también se destaca que en febrero de 2020, durante una audiencia con el papa Francisco, se le autorizó a reanudar sus tareas pastorales. Desde entonces, aseguró haber mantenido una amplia actividad pastoral y haber vivido en Roma, donde trabajó en el Dicasterio para la Causa de los Santos antes de retirarse en Madrid al cumplir 80 años.
El cardenal criticó la publicación de lo que describió como "información parcial" y lamentó que esta pueda provenir de documentación reservada por la Santa Sede, a la cual afirmó no tener acceso.
"A pesar del dolor que todo esto me provoca, no guardo rencor al acusador, rezo por él y por todas las personas que han sufrido abusos por parte del clero católico", concluyó.
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