Redacción PERÚ21

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El pasado 21 de febrero volvió a nacer el cubano Jorge Armando Martínez, quien fue hallado en un islote de los () tras navegar durante cuatro días por el Estrecho de la Florida sobre una tabla de .

Martínez, de 28 años, partió de Playa Jibacoa –al este de con una botella de agua, diez caramelos, una brújula atada a la muñeca y la esperanza de tocar suelo estadounidense luego de un viaje planificado de cinco horas a través de aguas infestadas de tiburones.

"Mi sueño siempre ha sido estar aquí; en un país desarrollado donde existe la oportunidad de uno trabajar honradamente y poder vivir como una persona", le contó Martínez a BBC Mundo en una playa de , ya recuperado.

Asegura que hacía tiempo que había tomado la decisión de salir de su país, pero no fue hasta hace menos de un año cuando decidió que lo haría en tabla de windsurf.

"Tengo una bebé que tiene un año y siete meses y fue cuando de verdad se me apretó la cosa. Yo podía pasar hambre y necesidad. Estaba acostumbrado. Pero la criatura esa que yo tuve, no podía. La veía casi sin comida y tenía que buscar una forma de darle una mejor vida", indicó.

Pero Martínez no emprendió la aventura solo. Entrenaba con su primo Humberto, que en el último momento decidió no viajar, y con otros dos amigos. Pero después se separaron. Cuando se dio cuenta que estaba solo y casi sin fuerzas, se desesperó. Entonces tomó una decisión: abandonar la vela y comenzar a remar con el mástil.

"El sol estaba demasiado fuerte, me castigaba mucho, me daba dolores de cabeza. En la noche del miércoles empecé a alucinar. Veía como un bosque alrededor mío", recordó Martínez.

Cuatro días después de partir de Cuba, unos pescadores lo descubrieron agitando los brazos en los Cayos Marquesas. Estaba deshidratado, cansado, hambriento, con ampollas en las manos y quemaduras de sol en el cuerpo, pero cumplió su meta de llegar a Estados Unidos.