Un sujeto, identificado como James Ford, se convirtió en noticia tras participar de la detención de un presunto terrorista, identificado como Usman Khan, quien hace unos días atacó a sangre fría a todo transeúnte que encontraba a su paso, en el Puente de Londres.
El hombre fue pieza clave para evitar que el acto de Khan cobre más víctimas mortales -en total, fueron dos-, pues, junto a otros dos sujetos, lograron reducir a Khan hasta que llegó la policía. Al parecer Ford habría iniciado la persecución del asesino cuando recién inició el ataque, que tuvo como punto una reunión de exconvictos realizada en la prisión libre de Fishmonger’s Hall.
El heroico acto fue aplaudido por los ciudadanos y también por el primer ministro británico Boris Johnson. “Para mí representan lo mejor de nuestro país y les doy las gracias en nombre del país”, dijo el político, según la ABC.
Pero las palmas le duraron muy poco, pues tras revelarse su identidad, se supo que se trataba nada más y nada menos que de un hombre de 42 años que había pasado varios años tras las rejas, luego de encontrarse culpable del asesinato de una joven con retraso mental.
En el 2004, Amanda Champion, una mujer de 21 años, pero con edad mental de una adolescente de 15, fue encontrada muerta, y con signos de estrangulamiento, en un descampado. El culpable, del acto, fue Ford, quien luego de ser acusado por un trabajador de una línea de ayuda (quien tuvo que guardar el secreto por un tema ético), fue sentenciado a prisión por más de diez años. Hoy, goza de su libertad.
La familia del hombre ha demostrado su rechazo ante el hecho y anunciaron que nadie les avisó que recuperaría su libertad. Según datos de los medios locales del Reino Unido, el hombre estaría terminando su condena en la citada prisión libre. “Él no es un héroe, es un asesino en libertad, del que nosotros, como familia, no sabíamos nada. Asesinó a una niña discapacitada. No es un héroe, para nada”, expresó la tía de Ford, Angela Coz, al diario británico Daily Mail.