Al menos 15 muertos es el saldo de un nuevo sismo en el norte de Italia, que hoy dañó edificios y desató el pánico entre los miles de pobladores que aún pernoctan en tiendas de campaña después de que otro violento temblor destruyera sus casas hace poco más de una semana.
Funcionarios dijeron que varias personas están atrapadas bajo los escombros de casas y almacenes en la región de Emilia-Romagna, donde varios edificios y talleres habían reabierto recién tras el movimiento telúrico del 20 de mayo, que mató a siete personas y dejó más de 100 heridos.
El sismo de magnitud 5.8 se sintió en todo el norte y centro de Italia, incluyendo Milán, la ciudad más poblada del norte del país. El área fue afectada por varias réplicas fuertes, una de 5.6 grados en la escala de Richter.
La televisión italiana mostró edificios remeciéndose y cayendo, ambulancias desplazándose rápidamente entre ciudades y socorristas luchando por retirar escombros. Talleres y fábricas en las afueras de Cavezzo, una aldea a unos 30 kilómetros de Módena (lugar del epicentro), sufrieron daños considerables.
El fabricante de automóviles deportivos Ferrari y la empresa de motocicletas Ducati cerraron sus plantas en la región por motivos de seguridad. "La situación es de gran temor e incertidumbre", dijo Salvatores Iannizzotto, jefe provincial de la Policía de Módena.
Las autoridades dijeron que las tareas de rescate se dificultan por la interrupción de la red de telefonía móvil. Los servicios ferroviarios alrededor de Bolonia, cerca de Módena, quedaron interrumpidos. Los colegios y otros centros públicos fueron evacuados, incluyendo los de Florencia, al sur.