El bolso de la reina Isabel II del Reino Unido ha protagonizado decenas de historias y la monarca lo usa no solo para llevar sus pertenencias, sino también para enviar señales a su personal. Es tal su relevancia que fue incluido en un retrato oficial hecho por el artista británico Ben Sullivan. Esta es la singular historia de la inseparable cartera negra de Launer de la soberana de Inglaterra.
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El bolso se lo hemos visto colgar del brazo a la monarca en momentos clave de su reinado como el encuentro con Richard Nixon en 1970 o con Donald Trump en 2018. La cartera, al igual que la ropa de duelo de la reina Victoria o el parche de la princesa de Éboli, se ha convertido con los años en uno de los atributos más reconocibles de Isabel II junto a sus sombreros de colores o sus queridos corgis.
La lealtad de la reina a la marca Launer data de 1968, cuando Sam Launer le envió un bolso a juego con sus zapatos negros de Rayne. Años después, en 1981, Launer obtuvo de la soberana la tan ansiada Royal Warrant, el sello de confianza que lsabel II concede a los establecimientos de los que es clienta recurrente.
Según la revista Vanity Fair, la reina ha comprado más de 200 bolsos de Launer, prefiriéndolos generalmente del modelo Traviata y de color negro porque son más fáciles de combinar, aunque a veces también los ha lucido de colores. Es famosa por llevar el logo dorado de una cuerda y por no tener cremallera. Su precio es de 2.110 euros (unos 2.276 dólares) e incluyen un espejo a juego.
Según han publicado medios británicos como The Telegraph, el bolso de la reina suele contener un pintalabios, gafas para leer, una pluma estilográfica, caramelos de menta y, los domingos, un billete de 5 o 10 libras para donarlo a la limosna de la iglesia cuando acude a misa.
También le sirve para mandar mensajes secretos a su personal. “Sería muy preocupante si estuviera hablando con la reina y viese cómo se cambia el bolso de una mano a otra”, contó el historiador real Hugo Vickers a la revista People. “Es la señal que la reina utiliza para indicar a su personal que está lista para finalizar su conversación”, explicó.
“En ese momento alguien de su personal se acercaría a ella y le diría algo como: ‘Señora, el arzobispo de Canterbury le gustaría mucho conocerla”, añadió. Si en cambio pone su bolso sobre la mesa durante una cena, significa que quiere que el evento termine en los próximos cinco minutos. Si lo coloca en el suelo significa que no está disfrutando de la conversación y quiere ser rescatada por su dama de honor.