El iraní Amoo Hadj renunció a todos los hábitos de higiene cuando tenía 20 años. (Agencia INRA)
Amoo Hadj pasa sus días fumando estiércol. (Agencia INRA)
Tiene la piel curtida y con escamas, producto de la suciedad acumulada. (Agencia INRA)
Ahora que tiene 80, vive solo en una pequeña casa de ladrillos en el pueblo de Dezhgah, provincia de Fars Dehram. (Agencia INRA)
Nadie en el pueblo sabe por qué le declaró la guerra al agua y jabón. (Agencia INRA)
El anciano se alimenta de animales muertos. (Agencia INRA)
Cuando siente frío, se pone un extraño casco. (Agencia INRA)
A pesar de sus hábitos, ha llegado a al vejez sin padecer enfermedades graves.
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Redacción PERÚ21
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