(Reuters/Referencial)
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Redacción PERÚ21

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Ataques coordinados y un tiroteo en el corazón de Bagdad, la capital de , provocaron la muerte de al menos 25 personas el jueves, cerca de la fortificada Zona Verde, donde se encuentran varias embajadas occidentales, dijeron policías y médicos.

Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad por las explosiones, pero durante este año insurgentes musulmanes suníes han estado redoblando sus esfuerzos por socavar al Gobierno de Irak liderado por chiíes y fomentar un conflicto sectario.

Los atentados se produjeron a plena luz del día, avivando la preocupación respecto de la frágil seguridad en Irak, que está bajo una creciente presión del conflicto cada vez más sectario que envuelve a la vecina , el cual amenaza con alterar su delicado equilibrio de poder entre chiíes y suníes.

Según testigos, dos atacantes se hicieron estallar en diferentes plantas del Ministerio de Justicia.

"Fui al segundo piso a hacer algo cuando escuché una enorme explosión, y luego otra más", dijo Ammar Ghanim, un policía que estaba dentro del ministerio cuando ocurrió el ataque.

Previamente, se produjeron cuatro explosiones, al parecer simultáneas, en el cercano barrio de Allawi, donde se encuentran varias oficinas gubernamentales, entre ellas el Ministerio de Relaciones Exteriores.

"Escuchamos un tiroteo y unos pocos minutos después tres atacantes que vestían uniformes militares comenzaron a disparar al azar (…) Me dispararon en la pierna y estoy muy orgulloso de haber matado a uno de ellos", comentó.

Entre los fallecidos había al menos siete policías y 15 civiles, dijeron médicos y autoridades. Tres militantes también perdieron la vida. Al menos 50 personas resultaron heridas.

El Gobierno de poder compartido de Irak ha quedado casi paralizado desde que las tropas estadounidenses dejaron el país hace más de un año y el primer ministro Nuri al-Maliki, un chií, ha debido afrontar protestas en el bastión suní iraquí, que comparte una porosa frontera con Siria.

La violencia se ha intensificado a medida que la oposición suní ha crecido, y un grupo insurgente iraquí inspirado en Al Qaeda ha instado a los manifestantes a tomar las armas en contra del Gobierno.