Al menos 35 personas murieron y cientos han resultado heridas tras una serie de ataques en Irak. En total, 14 coches bombas y artefactos explosivos convirtieron al atentado de hoy en el más sangriento desde que Al Qaeda cometió una ola de ataques que acabaron con la vida de 50 personas.
Solo en la capital, Bagdad, se produjeron cinco explosiones simultáneas dirigidas contra áreas chiíes, informó la Policía.
Las bombas, colocadas en diversas partes de las principales carreteras, ocasionaron la muerte de 11 personas e hirieron a otras 62 en la capital. Las explosiones ocurrieron en los barrios de Amil, Kadhimiya y los distritos de Zaafaraniya.
Los atentados siguen ocurriendo a diario, en medio de una crisis gubernamental entre el Gobierno de coalición conformado por chiíes, suníes y kurdos. Los ataques en Irak son, en su mayoría, atribuidos a insurgentes árabes suníes que se han negado a deponer las armas tras la retirada de las fuerzas de EEUU en diciembre.