Los bomberos y policías siguen con su trabajo en el edificio del Museo Nacional de , donde todavía se veían restos humeantes del incendio que lo redujo a ruinas junto a un patrimonio valioso. 

Pocas personas se han acercado a la zona, que permanecía con un fuerte olor a quemado, para dejar flores al borde de la estatua de Pedro II, el último emperador de Brasil, que vivió en ese palacio en el siglo XIX.

Apenas un 10% del patrimonio del museo sobrevivió a las llamas, según la vicedirectora de la institución, Cristiana Serejo.  Los bomberos encontraron un cráneo en medio de los escombros, que especuló sobre la posibilidad de que sea el de "Luzia", el fósil humano más antiguo de Sudamérica.

"Ahora es importante que el gobierno reoriente y asuma la responsabilidad de proteger nuestro futuro. Perdimos el pasado, perdimos la historia, pero no podemos darnos el lujo de perder también nuestro futuro", dijo Paulo Andreas Buckub, profesor de zoología en el Museo.

El desastre provocó fuertes cuestionamientos a los recortes presupuestarios adoptados estos últimos años para sanear los déficits públicos.

El banco de fomento de Brasil (BNDES) anunció que lanzará un patrocinio de 25 millones de reales para proyectos de seguridad, prevención contra incendios y modernización de instalaciones de museos y otras instituciones con acervo, con el fin de proteger el patrimonio histórico.

El siniestro, que no dejó víctimas, se declaró el domingo en la noche por causas por el momento desconocidas, cuando ya había cerrado las puertas al público. Las llamas se extendieron rápidamente por sus tres plantas, que contenían materiales altamente inflamables.

Fuente: AFP