Karen White, anteriormente conocida como David Thompson, fue enviada a una prisión femenina tras ser acusada de haber cometido violaciones sexuales. En dicho recinto carcelario, cometió cuatro abusos más contra sus compañeras.
El caso ha conmocionado a Inglaterra, abriendo el debate sobre las reglas para tratar con reclusos transgénero.
White cumplía detención preventiva por las denuncias de abuso sexual. Ya llevaba un año y medio de pena cuando las autoridades decidieron trasladarla a New Hall, sólo para mujeres, cerca de Wakefield, West Yorkshire, Inglaterra
A pesar de no haberse sometido a una operación de cambio de sexo y conservar sus genitales masculinos, White fue enviada a esta cárcel donde conviviría solo con mujeres.
El argumento, tal como señala la BBC, fueron las guías adoptadas por el sistema carcelario inglés, que recomienda que los sitios de reclusión coincidan con el género que expresan los reos.
White, con 52 años, una ex esposa y un hijo, ahora se autodefinía como transgénero.
Pero a los pocos días de haber sido trasladada a una cárcel de mujeres se aprovechó de cuatro de sus nuevas compañeras para abusar sexualmente de ellas.
Según informa la BBC, White ya aceptó dos de las cuatro acusaciones hechas en su contra. Entre los cargos se encuentran acoso sexual, tocamientos indebidos, exhibición de sus genitales y comentarios inapropiados sobre sexo oral.
Para Janice Turner, columnista de los diarios británicos The Times y The Guardian, en el caso de White los antecedentes estaban a la vista de todos para evitar esa transferencia.
"Encerrar a violadores en cárceles de mujeres, entre reclusas vulnerables que incluyen víctimas de violación es como poner al zorro en el gallinero", escribió en su columna del Times.
Por su parte, el Ministerio de Justicia se ha disculpado por no tomar en cuenta los crímenes pasados de White y dijo estar revisando sus procesos de evaluación.