(Reuters)
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Redacción PERÚ21

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La rebelión contra el régimen de empezó el 26 de enero del 2011, bajo la influencia de la 'Primavera Árabe'. La brutal represión va dejando más de 15 mil muertos y la comunidad internacional sigue sin hacer nada.

EL PODER DE LOS ASSADEl exjefe de la Fuerza Aérea Hafez al Assad llegó al poder tras dar un golpe de Estado y gobernó Siria con mano de hierro durante 30 años (1970-2000). Inventó la república árabe hereditaria, y su hijo Bashar, un oftalmólogo formado en el Reino Unido, recibió el poder cuando él murió, en el 2000. Al inicio, Bashar tuvo intenciones de llevar a cabo reformas, pero al final mantuvo el statu quo por presión familiar, de su secta religiosa (los alauíes), del Ejército y de los servicios secretos.

LOS ALAUÍESSiria es un país multiétnico y religioso. Los alauíes suponen entre el 12% y el 15% de los 24 millones de habitantes que tiene. Los ortodoxos musulmanes suníes oscilarían entre el 70% y el 75%, y el resto está conformado por cristianos, drusos y kurdos. Los alauíes son árabes como todos los demás, pero sus creencias religiosas están enraizadas en el islam chií. Constituyen una secta iniciática, y solo aquellos que alcanzan niveles superiores conocen todos sus secretos. Los alauíes temen que con la caída de los Assad sean masacrados.

LA OPOSICIÓNEstá integrada por varios grupos, pero se hallan divididos. El Consejo Nacional Sirio (CNS) se formó en Estambul en el otoño de 2011 y agrupa a varias formaciones como la Hermandad Musulmana –prohibida en Siria– y a minorías como los kurdos, cristianos, intelectuales, disidentes y algunos jóvenes revolucionarios. El CNS tiene representaciones en el exterior y es el más creíble a nivel internacional. El Comité de Coordinación Nacional para el Cambio Democrático (CCN) se creó en mayo de 2011 y está integrado por reformistas y críticos del régimen de tendencia izquierdista, entre ellos los partidos kurdos. Los Comités de Coordinación Local (CCL) están formados por estudiantes y son autogestionarios. Utilizan las redes sociales y sitios webs propios. Finalmente está el Ejército Libre Sirio (ELS), que es un grupo armado compuesto por pequeñas unidades de desertores de las tropas del Gobierno sirio.

LA REBELIÓNLos jóvenes que desencadenaron las revueltas proponían una Siria democrática donde todas sus comunidades tengan garantizados sus derechos. Pero, tras la brutal represión de las fuerzas de Assad, las revueltas han adoptado un matiz de guerrilla mayoritariamente suní contra el gobierno tiránico de la minoría alauí. Los Hermanos Musulmanes han ganado peso e, incluso, se han sumado elementos de Al Qaeda. La militarización y la sectarización crecientes del conflicto ensombrecen el inicial objetivo democrático y multiconfesional.

LOS ALIADOSLa Siria de los Al Assad es el único Estado árabe aliado de los ayatolas iraníes. Diversos elementos geopolíticos sustentan este matrimonio de conveniencia, pero también el hecho de que los alauíes sirios y los chiíes iraníes estén emparentados religiosamente. Damasco y Teherán son 'compadres' en el apoyo al grupo chií libanés Hezbolá. En tanto, Rusia es aliado desde comienzos de los 70, ya que la Siria de los Al Assad supone para aquel país su última salida al Mediterráneo (puerto de Latakia) y su última cabeza de puente político en Oriente Próximo. Además, Moscú le vende armas a Damasco.

INTERVENCIÓN MILITAREl caso sirio es más complejo que el libio. El régimen de Assad es más fuerte que el de Muamar Gadafi, la oposición está más dividida y las consecuencias regionales de la caída de los Assad serían mayores. Además, está el veto de Rusia y de China, y una intervención tendría que hacerse al margen del Consejo de Seguridad, lo que no ocurrió en Libia. Sin embargo, hay precedentes de acciones internacionales sin la aprobación del Consejo de Seguridad: Kosovo en 1999 e Irak en 2003.

LOS AMIGOS DE SIRIAEs una coalición contra Bashar al Assad formada por EE.UU., la Unión Europea, Turquía y la Liga Árabe. Se han reunido en Túnez y en París, pero sin tomar mayores decisiones. Barack Obama no quiere implicar a su país en otro conflicto bélico en Oriente Próximo, y menos en un año electoral; mientras que la Unión Europea está más preocupada en la crisis económica, y Arabia Saudí y Qatar tienen dinero pero no combatientes.